Dicen que
el día ha sido gris y bien fresco en casi toda Cuba, y la fina llovizna o la
lluvia más fuerte, se volvió compañera de las elecciones generales de este país
que florece y avanza a pesar de quienes hacen de todo para impedirlo.
Fue un domingo rico para dormir, para quedarse en la cama, mirando el televisor o dándole alas a ese estado de reposo propio del primer día de la semana, en el que las personas prefieren levantarse un poco más tarde y mantenerse en la casa para desquitarse las largas jornadas laborales. Sin embargo, fueron millones los que asaltaron las calles en busca de los colegios electorales, para cumplir esa cita con la Patria y dar el sí por Cuba.
Así y todo, entre llovizna y frío, ha sido un día espléndido, en el que los pioneros estudiantes fueron de los primeros en llegar a los colegios electorales para cuidar las urnas, en un gesto bello y simbólico de la paz y la tranquilidad de un pueblo guerrero pero tranquilo y servicial. Después, los responsables de los colegios electorales y luego, jóvenes, adultos y mayores llegaban y daban su voto por Cuba, al elegir a quienes los representarán en las instancias del Gobierno en las provincias y la nación.
La avalancha fue tal, que antes de las 9:00 de la mañana, en solo las dos primeras horas, ya habían pasado por las urnas más de dos y medio millones de cubanos para demostrar con su presencia y con su voto el apoyo incondicional a la Revolución que tanto ha hecho por las personas de esta tierra bella y soberana.
Ha sido una jornada de lujo en la elección de los diputados al Parlamento y a los gobiernos de cada una de las 15 provincias del país, bajo el principio de que el poder del pueblo es el verdadero poder, de que el voto no es solo por un puñado de hombres y mujeres, sino que el voto es por Cuba, por la Patria, para el presente y para el futuro.
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Fue un domingo rico para dormir, para quedarse en la cama, mirando el televisor o dándole alas a ese estado de reposo propio del primer día de la semana, en el que las personas prefieren levantarse un poco más tarde y mantenerse en la casa para desquitarse las largas jornadas laborales. Sin embargo, fueron millones los que asaltaron las calles en busca de los colegios electorales, para cumplir esa cita con la Patria y dar el sí por Cuba.
Así y todo, entre llovizna y frío, ha sido un día espléndido, en el que los pioneros estudiantes fueron de los primeros en llegar a los colegios electorales para cuidar las urnas, en un gesto bello y simbólico de la paz y la tranquilidad de un pueblo guerrero pero tranquilo y servicial. Después, los responsables de los colegios electorales y luego, jóvenes, adultos y mayores llegaban y daban su voto por Cuba, al elegir a quienes los representarán en las instancias del Gobierno en las provincias y la nación.
La avalancha fue tal, que antes de las 9:00 de la mañana, en solo las dos primeras horas, ya habían pasado por las urnas más de dos y medio millones de cubanos para demostrar con su presencia y con su voto el apoyo incondicional a la Revolución que tanto ha hecho por las personas de esta tierra bella y soberana.
Ha sido una jornada de lujo en la elección de los diputados al Parlamento y a los gobiernos de cada una de las 15 provincias del país, bajo el principio de que el poder del pueblo es el verdadero poder, de que el voto no es solo por un puñado de hombres y mujeres, sino que el voto es por Cuba, por la Patria, para el presente y para el futuro.
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