viernes, 29 de abril de 2016

Cuando vivía en el antiguo barrio de Los Pantalones, en la entonces pequeña ciudad de Las Tunas, y sin levantar apenas un metro del suelo, un día pasó por un lugar en el que un hombre se empeñaba en pintar un cuadro al óleo, y dicen quienes andaban con él que se echó el tirapiedras en el bolsillo, se detuvo y quedó como embelesado mirando cómo el pincel pasaba una, dos, 10, 100 veces en busca del trazo perfecto.

Y aquella imagen se grabó para siempre en la mente de Alexander Lecusay, quien desde entonces se propuso hacerse pintor.

Así, un día se fue a La Habana para estudiar Artes Plásticas en una academia de la capital, y regresó a Las Tunas graduado, con sus años jóvenes por delante para llegar a ser grande en el grabado, su gran pasión,  y comenzó a hacer época.

Por la calidad indiscutible de su obra otro día ingresó a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y hoy es todo un consagrado en las artes plásticas de la provincia de Las Tunas, y se dedica sobre todo a la pintura y el dibujo, mientras la prensa que una vez se hizo espera para un día lograr el mejor grabado del mundo, porque él es grabador por naturaleza.

Con un expresionismo que muchas veces se aleja de los cánones de la pintura, Lecusay se torna a veces surrealista, quizás para recordar que una vez existió un hombre grande nombrado Wifredo Lam, o para demostrar que los ismos marcan la vida de los artistas de la plástica como quizás marcaron a Lam, parabién de la cultura cubana.

Lo cierto es que aquel muchacho del barrio de Los Pantalones, que solo había que mirarlo atravesado para irse a los puños con sus colegas en cualquier calle, es ahora un ser marcado por su tiempo, por la naturaleza del hombre, sus leyes, y marcha a fuerza de pincel hacia un presente mejor, porque se declara como alguien de este día, con una cierta mirada hacia atrás para tratar de hacerlo todo mejor.

Hoy Lecusay es el pintor, el grabador o el dibujante empeñado en una obra para su público, que sabe reconocerlo por su manera de ver la vida, a través del prisma de sus colores.




sábado, 23 de abril de 2016

Dicen que desde pequeña sentía gran atracción por las letras, y cuando matriculó periodismo en la Universidad de Oriente se sintió feliz, porque comenzaba a materializar una de sus grandes pasiones.

Y así pasó el tiempo y un buen día Anybis se graduó y la prensa en Las Tunas ganó a una de sus mejores exponentes.

Trabajó en la radio e hizo historia, después se fue a la televisión en la que también ha hecho historia, y hoy se cuenta como una de las mejores periodistas realizadores del medio.

Hoy Anybis se mueve entre la documentalística, el periodismo diario y la realización, un poco más pausada. Ella es una mujer de fina sensibilidad artística que va dejando un rastro de buenas obras a su paso por el audiovisual de Las Tunas, y su nombre es obligatorio ya a la hora de hacer un recuento en esas áreas del arte radial y televisivo de esta provincia.

Y por todo ello siempre aumenta su grandeza, aunque ella no lo reconozca y prefiera que no se hable de ello, porque prefiere trabajar detrás de las cámaras, todo el tiempo en busca de la idea que la haga feliz, pero sobre todo que haga felices a la audiencia.



Llueve en Las Tunas.

Desde ayer esta provincia del oriente cubano recibe con beneplácito fuertes lluvias en todos sus municipios, lo cual es una bendición para una tierra sedienta y unos embalses que no sobrepasan el 20 por ciento de su capacidad total.

La intensa y prolongada sequía que afecta a todo el país se ha ensañado con Las Tunas, la provincia más seca de Cuba, y por eso sus habitantes miran ahora mismo llenos de felicidad el agua que cae a chorros en muchos lugares.

Dicen que es una vaguada, pero una cosa o la otra no importa, lo vital es que llueva, porque está en peligro todo, pues el agua nuestra de cada día es imprescindible.


domingo, 10 de abril de 2016

La orquesta de guitarras Isaac Nicola surgió en 1998 por una petición de la que fuera entonces subdirectora de Música del nivel elemental de la Escuela Vocacional de Arte de Las Tunas, Amira Moreno.

Ella le propuso al profesor Ramón Carlos Leyva que agrupara los niños en una orquesta, para que se presentara fundamentalmente en las Jornadas Cucalambeanas.

Al inicio, solo se hacía el montaje de las obras que ellos tocaban y eran piezas sencillas y no requerían de un director al frente, pero en el año 2000, al graduarse Ramón Carlos del Instituto Superior de Arte, se abrió el nivel medio profesional de la guitarra, lo cual posibilitó la llegada de alumnos de territorios cercanos.

Por aquella época, Louis Aguirre, profesor de Ramón Carlos en el ISA y en ese entonces director de la Orquesta Sinfónica de Camagüey, le sugirió que asumiera la dirección de la orquesta, aunque el joven Ramón no tenía experiencia alguna en esa profesión, pero su profesor insistió y finalmente aceptó.

A partir de ese momento, las obras fueron mucho más complejas. Aguirre ayudó mucho y la joven Orquesta de Las Tunas participaba en el Festival Internacional de Música Contemporánea, con presencia de músicos europeos.

Por ese entonces, el maestro Harold Gramatges, le daba consejos a la Orquesta, al igual que otro maestro, Jesús Ortega, quien al conocer la existencia de la orquesta segunda en antigüedad de Cuba después de Sonantas Habaneras, que él dirige, se llenó de regocijo y de él partió la idea de que en Las Tunas se desarrollara cada dos años el Encuentro Nacional de Orquestas de Guitarras, el único evento de su tipo y donde se reúne la mayor cantidad de guitarristas del país.

Hay algunos rasgos que distinguen a la orquesta Issac Nicola de las del resto del país, como la diversidad de guitarras, gracias al mejor lutier de la Isla: el recientemente fallecido Dioscóride Borges, quien construyó los requintos para ampliar la gama de la tesitura de la música, además de una compra de varias excelentes guitarras en Brasil, que mejoraron la calidad de los instrumentos.

Aun cuando existen grandes figuras de la música cubana que han ayudado a la orquesta, ha sido Ramón Carlos Leyva el líder de la agrupación, por su empeño y sus desvelos en llevarla adelante, cuando anda de concierto, porque el otro tiempo se lo dedica al rock, con su grupo Olimpo.

Quizás sea Ramón Carlos Leyva el único músico de Cuba que se desdoble entre la música de concierto y el rock, y en cada uno de esos escenarios brilla por su talento y entrega a lo que hace. Y por ello su nombre está entre los buenos exponentes de la música en Las Tunas, desde el día en que con su guitarra de juguete se propuso llegar hasta donde se lo propusiera.





Cuando se habla de protagonistas en la Feria del Libro de Las Tunas, por supuesto que enseguida llega el nombre de la Editorial Sanlope, una institución que ha hecho crecer a los escritores y lectores de la provincia.

Y por ello la Casa tunera ya se alista para la fiesta de la lectura que comienza el próximo 13 de abril, y cuenta en su programa con cuatro novedades editoriales que hablan sobre tuneros en la música cubana, crónicas naturales, testigos de viajes y hechos trascendentales para su autora, poesía y algo de historia.

Muchos versos y prosas encontrarán los lectores mediante la obra de la Sanlope, con poemas necesarios, aventuras infantiles, pasajes históricos de la localidad, como para todos los gustos.

Como siempre, no puede faltar el homenaje a uno de los escritores tuneros más destacados, y Antonio Gutiérrez tiene este año el mérito de recibir el agasajo de sus coterráneos, por una obra merecedora de los más prolongados aplausos, y no solo por su calidad como poeta y narrador, sino por ser el autor del primer libro de la Editorial tunera.

Este año la feria tiene un matiz distintivo para la editorial Sanlope, porque la valerosa institución festeja sus 25 años de vida, al pie de los escritores, y siempre con la mira puesta hacia el futuro prometedor, y rodeada esta vez del movimiento editorial cubano, como Colección Sur, Selvi, Abdala y Áncora.

La editorial de Las Tunas será protagonista de las descargas poéticas, presentaciones literarias, expoventas, con una dedicación especial a Lina de Feria, Rogelio Martínez Furé y la República Oriental del Uruguay, y por supuesto, al cumpleaños 90 de Fidel Castro, el mayor inspirador de estas fiestas.

Por eso y por mucho más, la Sanlope, que hace honor a su anagrama, se levantará como siempre hacia lo alto, como para indicar que aún queda mucho camino por andar en el afán infinito de hacer crecer a los escritores, y por supuesto, a los lectores.




El día que Jorge Jorge Torres, Yoyi, decidió estudiar camarografía en el canal Tele Rebelde, de Santiago de Cuba, quizás no tenía conciencia de que comenzaba a forjar un futuro promisorio detrás de las cámaras, aun cuando en aquel canal emblemático tocar uno de esos equipos era un lujo solo para los que llevaban años en la profesión.

Desmovilizado como oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Yoyi dejaba atrás el cumplimiento de misiones militares, el ordeno y mando y la disciplina férrea del Ejército, para iniciar un camino diferente en su vida, pero que lo llenaba de entusiasmo, y aun recogiendo los largos y pesados cables y sin poder tocar las cámaras, su mayor pasión, disfrutaba tanto de aquel trabajo que cuando se acostaba a dormir pasaba largos ratos pensando en lo que había aprendido, pero sobre todo en cuanto quedaba por aprender.

Así, un día de 1999 inició sus labores profesionales con el nacimiento del telecentro TunasVisión, y su versatilidad para cualquier tipo de formato lo llevaban a los trabajos más variados, y seguía disfrutando cada imagen, plano o escena, tanto en los informativos como en la programación variada.

Y un día, quizás mágico, llegó el cine con el largometraje Los Cuervos, del grupo de cine independiente Acoytes, del cual era integrante, y se desempeñó con acierto como director de fotografía, y después llegó Homoerectus, un cortometraje, y Pasión de tormentas, filmado completamente en el occidente de Cuba y con actores y actrices de lujo, hasta que llegó Pinochia, una producción cubano-americana que también supo de su talento.

Ahora Yoyi acaba de ingresar en las filas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba por la calidad reconocida de su obra y con muchas expectativas, y él sigue siendo como un aliciente para quienes trabajan con él, pues sus ideas y ocurrencias alegran al grupo e incitan al trabajo riguroso en los audiovisuales.

Por eso, Yoyi Jorge Torres es uno de los más importantes exponentes del audiovisual en Las Tunas, con un ojo aguzado  para encontrar el mejor ángulo, el mejor plano o la más rica de las escenas. 


Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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