Cada ciudad o pueblo tiene
siempre sus personajes emblemáticos, y
en el caso de la ciudad de Las Tunas, al oriente de Cuba, a El
Comandante, o Alberto Álvarez Jaramillo,
creo que no hay quien le gane.
El Comandante sale a la calle todos los
días a pescar el sol de la mañana.
Camina sin rumbo por toda la ciudad con
su traje verdeolivo, charreteras de
oficial y boina carmesí. Dice mi amigo y
colega Juan Morales Agüero que el
Comandante es un remedo de Quijote
provinciano, de Caballero de París
fantasioso y tranquilo.
El Comandante Jaramillo siempre trae
consigo una buena cantidad de documentos
y otros objetos que parecen son sus
armas principales. Y aun con sus
problemas mentales, es capaz de sostener
una conversación con cualquiera como el
ser más razonable del mundo.
Dicen que Jaramillo fue en sus buenos
tiempos un joven dispuesto y
emprendedor, pero un medicamento mal
administrado le perturbó la mente en
cuestión de pocos meses y desde entonces
recorre las calles de Las Tunas vestido
de militar.
Cuando alguien le pregunta su nombre
responde: “Che Castro Jaramillo”, en
honor al Che Guevara y a Fidel Castro,
por quienes siente una admiración sin
límites.
Jaramillo nunca ha pedido una limosna,
siempre está limpio y jamás duerme fuera
de su casa. Él anda en sus cavilaciones
y no le gusta que lo molesten. Detesta a
los delincuentes, saluda a la bandera y
ama a su tierra. Y después dicen que
está loco.
viernes, 14 de junio de 2013
- viernes, junio 14, 2013
- migueldnet
- Caballero de París, Che Guevara, Fidel Castro, Las Tunas, lectura, Quijote
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