El trovador Norge Batista. |
La
colección de discos con música de la provincia de Las Tunas, denominada
Democactus, es una muestra de cuánto se puede hacer por la cultura local, a
partir de iniciativas de intelectuales como Carlos Tamayo Rodríguez, presidente
de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en el territorio, que se
empeñó en llevar a Cubadisco 2013 una representación de los mejores talentos de
la música tunera y logró que el jurado tuviera en cuenta a los 12 CD en
competencia.
Este
es un proyecto promocional del Comité provincial de la UNEAC, que muestra la
potencialidad de autores, compositores, músicos, intérpretes y grabadores en
Las Tunas, empeñados en desarrollar la cultura, pero sobre todo la música del
patio con sus principales exponentes.
De
ahí que los amantes de ese bello arte puedan apreciar la música de Sandra Orce
en su disco Persistiré, o a Tony Miranda
con Alquilo mi corazón, o a Inquietud, que recoge varios poemas de
Gilberto E. Rodríguez interpretado por diferentes cantantes, o Generaciones, que recoge lo mejor de la
música de concierto de Argibaldo Acebo, Ramón Carlos Leyva y Félix Ramos,
destacados guitarristas de la provincia.
También
está la reconocida música del trovador Norge Batista con su emblemático título A empezar otra vez; Guillermo Mesa, con
Siempre sonero; el coro profesional
de cámara Euterpe; el grupo Kereya; el guarachero Gaspar Esquivel, el grupo
Origen y otros dos proyectos de Tony Miranda, Los niños cantan al mundo, de música infantil, y Ofrenda, en el que aparecen poemas de
Rubén Martínez Villena con su música.
Así,
Democactus llena de satisfacción y de esperanza a quienes desde un rincón de
Cuba hacen música de la buena, y demuestran que este país está lleno de
talentos que escapan a las grandes urbes para concentrarse en los lugares más
modestos, que es de donde muchas veces nacen las grandes composiciones y las
grandes obras, capaces de competir con los llamados consagrados, porque Las
Tunas no es solo esculturas, también es música, y de la buena.
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