Desde ayer
esta provincia del oriente cubano recibe con beneplácito fuertes lluvias en
todos sus municipios, lo cual es una bendición para una tierra sedienta y unos
embalses que no sobrepasan el 20 por ciento de su capacidad total.
La intensa
y prolongada sequía que afecta a todo el país se ha ensañado con Las Tunas, la
provincia más seca de Cuba, y por eso sus habitantes miran ahora mismo llenos
de felicidad el agua que cae a chorros en muchos lugares.
Dicen que
es una vaguada, pero una cosa o la otra no importa, lo vital es que llueva,
porque está en peligro todo, pues el agua nuestra de cada día es
imprescindible.
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