Natasha, a la izquierda, en plena faena profesional. |
La primera vez que supe de Natasha Díaz
Bardón como periodista fue en un documental que realizó en Venezuela cuando el
diluvio de finales de la pasada década, cuyas imágenes impactaban por su dureza
y la horripilante narración de aquellos acontecimientos que sacudieron no solo
a la nación sudamericana, sino a todas las personas de buena voluntad en el
mundo.
Como estudiante de Comunicación Social y
Periodismo en el último año de la carrera, había ido a Sudamérica para hacer su
tesis de grado, y de allá trajo reportajes de alta factura, que mostraban la
realidad del país de Bolívar y Hugo Chávez.
Después de graduada la asignaron en el
canal territorial Tunas Visión, y allí comenzó una carrera meteórica que la ha
catapultado como una de las buenas periodistas y realizadores audiovisuales de
ese medio de comunicación masiva, tanto por su agudeza para tratar temas
peliagudos y sensibles, como por su forma de realizar sus productos
comunicativos.
Natasha es una periodista que
constantemente ejerce el criterio con su mirada en todo lo que anda mal o puede
ser perfectible. Su incansable manera de encarar el periodismo televisivo hace que sea una reportera integral, que busca la noticia o la narración de
historias de vida apasionantes, porque su talento la llevan a ver quizás los
que otro no vean, y siempre busca lo novedoso, lo escondido, y lo aparentemente
intrascendente lo muestra con sus valores, con el esparcimiento de los buenos
mensajes para la población, siempre agradecida de tener en la pequeña pantalla
materiales de ese tipo.
Como realizadora, son memorables los
documentales de su autoría, y por su aval y su obra desde hace unos años
integra las filas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, desde cuyas
filas ofrece su aporte para el desarrollo de su Filial de Cine, Radio y
Televisión.
Natasha hizo un alto en su vida
profesional, cuando se convirtió en madre de un precioso bebé,
que se erige como su mejor obra humana, aunque en todo ese tiempo siempre
tuvo rondando el Periodismo y la realización, de las cuales ya no puede apartarse
más porque ella nació para esta profesión, que decidió escoger por encima de
cualquier barrera y lo logró con creces.
Entonces, si su vida profesional ha sido
difícil, tortuosa, abrumadora por los caminos angostos de una comunicadora, la
de madre le ha puesto la varilla bien alta, las barreras más difíciles, porque
es una etapa que aunque para toda la vida, siempre es dura, aun cuando
goce con su pequeño en brazos, y lo mire cuando duerme plácidamente, como para
convencerse de que ese ha sido su mejor reportaje, su mejor documental, hasta
el fin de los tiempos.
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