La muerte es cruel, inhumana, insensible, indiferente.
No pregunta tu edad, cuántos hijos tienes, cuáles son tus
sueños y aspiraciones, qué quieres hacer y qué te falta por hacer.
La muerte llega y no pregunta nada, no le importa nada, y te
lleva hacia la fosa oscura y húmeda, triste y estremecedora.
La muerte con su crueldad, su insensibilidad e indiferencia acaba de
llevarse a mi hermana más pequeña, sin
importarle sus cortos 37 años, ni su
hijo de 10 años, ni sus sueños y aspiraciones, ni que se iba a casar hoy, dos días
después de la fecha en que decidió venir a buscarla.
Mayelín no pudo hacer nada para impedirlo,
porque no le dio tiempo para nada. Tampoco nosotros, los familiares, ni
siquiera los intensivistas, cardiólogos, angiólogos, clínicos, que lucharon durante 48
minutos para sacarla de un paro cardiorespiratorio, con los medicamentos y las
técnicas más modernas para disolver el trombo embolismo pulmonar que también
llegó sin avisar, cual cómplice de La Parca.
Maye era feliz, muy feliz, porque tenía a su hijo Daikel y a
nuestra madre, a los hermanos, la familia toda y al novio que ansiaba unirse a ella para
conformar un nuevo hogar. Pero la muerte
le arrebató esa felicidad y esas ganas de vivir, y se la llevó sin remedio, con
su crueldad, su insensibilidad, su indiferencia, sin importarle tampoco que su
madre está devastada, como sus hermanos, su novio, su familia, sus amigos todos que lloraron ante la injusticia y
sufrieron de dolor e impotencia ante el nuevo crimen.
Lo siento mucho, Miguelito. Para sucesos como estos nunca hay palabras suficentes o precisas, porque ninguna puede ser consuelo o apresar tanto dolor.
ResponderEliminarGracias, Arelis, gracias por tus palabras, tienes mucha razón.
EliminarEs una pena enorme, pero la muerte es así no avisa, es traidora, cruel, invasora. Hoy se llevó a tu hermana y le tronchó los sueños a muchos, inundó de dolor el alma de todos. Ayer fue a mi pequeña hija de solo 15 años, no respeta nada, no le permitió ni siquiera recoger y ver sus fotos de 15 tiradas una semana antes. La muerte, querido amigo, es eso, soledad, desamparo, dolor...
ResponderEliminarQuisiera saber tu nombre, pero no importa.Tu caso es más triste que el nuestro, porque por lo menos mi hermana vivió 37 años, tuvo un hijo. Pero tu hija, una niña de solo 15 años, es un crimen y una pena mayor. ¿Qué decirte? Solo te ofrezco un abrazo de consuelo. Siento tu dolor como propio.
EliminarMigue, acabo de leer esto y me he quedado sin palabras, lo siento mucho, hermanito, conozco el sentimiento de dolor e impotencia que estas sintiendo, solo el tiempo ayudara. Te envio un abrazo fuerte con todo el carino de tantos anos de amistad, ojala pudiera hacer mas.
ResponderEliminarGracias, Elvira. Tus palabras siempre reconfortan. Son golpes demoledores, sobre todo para mi madre. Nuevamente, gracias.
EliminarLo siento mucho, la muerte, la vida a veces es así de injusta. Ahora a apoyar a ese sobrino que seguramente encontrará en el resto de la familia el amor que la vida le ha quitado de su madre.
ResponderEliminarHola, Glenda, gracias por tus palabras. El niño es lo que cuenta ahora, para que sienta menos la ausencia de su mamá. Nuevamente, gracias.
EliminarLo siento muchísimo, Miguel. Ahora mismo me entero del desenlace que tuvo aquella terrible llamada que recibiste en la UPEC. Paz para toda la familia
ResponderEliminarGracias, Javier. Ha sido realmente terrible. Tú fuiste testigo del comienzo de esta triste historia. Un abrazo.
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