Después de una larga lucha por la vida y con sus 80 años a cuesta, ha
dejado de existir José Reynerio Valdivia, y la ciudad de Las Tunas, llora a su
hijo, al que acogió en su seno un día de 1978.
Más de la mitad de su vida la dedicó al ilusionismo, pero no solo a
practicarlo, sino a enseñarlo.
A Píter lo conocí por aquellos años en que llegó a Las Tunas acompañado
del telépata Guillermo, provenientes ambos de Santiago de Cuba, y dejaban con
la boca abierta a todos por sus presentaciones inmemorables.
Aquí vivió casi la mitad de su vida, y se dedicó a desarrollar la magia
en 1989, con la escuela que fundó y el Festival Ánfora en 1992, salido de su
brillante y rápida mente, no solo entrenada para el ilusionismo.
En su vida artística, mereció el reconocimiento internacional
por el manejo de los aros, con números que dejaban atónitos a quienes asistían
a sus espectáculos.
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