La pasión por los niños de Lesbia de la Fe Dotres quizás responde a su formación en familia, aunque ella confirma que desde que tiene uso de razón tuvo esa inclinación, reafirmada posteriormente por la labor de Vilma Espín por el desarrollo de los círculos infantiles en Cuba.
Con su proyecto Abracadabra que vincula a los círculos infantiles de
esta ciudad de Las Tunas, ella es como una hacedora de amaneceres, formadora de
conductas y buenas actitudes, porque son cosas que lleva dentro, siempre atenta
a cada detalle de los pequeños.
Su literatura también es dedicada a los niños, fundamentalmente, así
como buena parte de sus narraciones orales, y goza plenamente cuando se ve reflejada
en los pequeños, que le dicen tía, corren hacia ella, la abrazan y la besan.
Y siempre ha sido así. Desde que era pequeña los niños la fascinaban y
la pasión se acentuó cuando nació su hijo Sergín, y además de sus intensas
labores por la cultura, primero en La Habana y luego en Las Tunas, los niños
han sido una constante en su agitada vida.
De ahí el amor que le profesan a esta mujer de pamela y buen vestir,
siempre distinguida, que camina por las calles de su ciudad a la sombra de su
pueblo, capaz de plasmar en la literatura bellas historias infantiles, llenas
de amor y enseñanza, de presente y futuro.
Por ello no se puede ver separada de la infancia, y cada día le da
riendas sueltas a la niña que lleva dentro, parabién de su vida y la de los
demás.
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