Aquel 9 de enero de 1981, fue un día frío en el hospital Ernesto Guevara, de Las Tunas, donde nació.
A partir de su nacimiento mi vida cambió porque de pronto me convertí en padre de aquel chiquitín que andaba conmigo para donde quiera desde pequeñito. Y desde entonces ha estado conmigo para llenarme de dicha y felicidad.
Y por eso lo felicito este 9 de enero, y le deseo todo lo mejor del mundo hasta el fin de los tiempos. Hijos como él son los que hacen dichosos y felices a sus padres.
Un beso y un abrazo por todo el tiempo que llevamos sin vernos, mi niño.
Con su amigo Jorgito. |
Con su amigo Pachi. |
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