Aquí
está el Comandante supremo Hugo Chávez, dormido, en su siembra de sol y sombra,
en su cobija de mármol fuerte, como él.
Se
eriza la piel cuando se está cerca, cuando se posa la mano sobre el
mármol que lo acoge, porque se sabe vivo, eterno como la historia
misma que forjó.
En
este, su Cuartel de la Montaña, en el mismo barrio 23 de Enero,
cuyos habitantes aún lo lloran, como otros miles de Caracas, está
el Comandante para iluminar a Venezuela toda y a Latinoamérica,
hasta el fin de los tiempos.
Es
este un lugar sagrado, visitado diariamente por venezolanos y foráneos que llegan a rendirle homenaje al Gigante
sudamericano, que sigue guiando al continente, su continente.
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