Con
la noche de descarga en el patio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) dará inicio la nueva cita, que
cuenta con importantes exponentes de la música cubana, quienes debatirán
importantes temas relacionados no solo con el baile nacional, sino con la
música como elemento defensor de la identidad cultural de la nación, contra la
penetración foránea y la chapucería y chabacanería de no pocos nacionales.
Esta
es una cita en la que se respira cubanía, en la que cada participante no solo
recuerda al llamado Príncipe del Danzón, sino que ofrece sus ideas en busca de
aunar esfuerzos y talentos para preservar nuestras raíces musicales.
El
evento teórico deviene espacio de defensa de identidad cultural por excelencia,
y los que en él expondrán lo hacen con la vehemencia de lograr la continuidad de
aquella figura que le dio y le da gloria no solo a Las Tunas, sino a Cuba.
Por
estos días el Baile Nacional, tan olvidado, recobra su esplendor con un taller
teórico y actividades bailables, y tanto en Manatí como en la capital
provincial el público agradece el gesto y disfrutará las propuestas, nobles y
necesarias por demás.
Es
poco, pero por lo menos una vez al año Las Tunas baila danzón, escucha la voz
de Barbarito con sus lindas cubanas, o una rosa de Francia o Longina, siempre
con el ansia de la primera vez, desde aquel bienaventurado día, en que esa
gloria de Cuba dio su primer grito al mundo, hace ya 104 años.
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