Hace unos años, nadie dudaba de que la ciudad de Las Tunas, al oriente de Cuba, era la capital de la escultura cubana, un título legado por la gran Rita Longa y el movimiento escultórico que nacía en la joven provincia Las Tunas, en 1977.
En
aquellos tiempos, cuando la provincia surgía como otras del oriente
cubano, el entusiasmo era la característica fundamental de todos
aquellos que deseaban hacer crecer y desarrollar a la capital provincial
de Las Tunas y las esculturas fueron floreciendo por doquier, para darle un toque de distinción a esta urbe que es orgullo de los tuneros.
Mas,
si esta ciudad ha ido desarrollándose, ¿por qué se ha quedado atrás en
la vida escultural, que tanta gloria le ha dado al llamado Balcón del
Oriente cubano, aun cuando las obras tridimensionales siguen ahí,
desafiando el paso del tiempo?
Nadie puede negar que esta ciudad
ha perdido la esencia del movimiento escultórico que una vez le dio
aliento y virtudes indiscutibles. Y es una paradoja porque siguen
existiendo buenos escultores, e incluso, son muchos más que en los años
70 y 80 del pasado siglo, cuando las más grandes personalidades de esa
especialidad se daban una vuelta por acá, algo que también se ha
perdido.
Entonces, si existe un movimiento escultórico fuerte, ¿por qué el notable descenso en tan particular cuestión?
Algunos,
y hasta muchos, pueden pensar y asegurar que Las Tunas sigue siendo la
capital de la escultura, pero ¿sobre la base de qué argumentos?
Ahora
mismo no existen los eventos que caractericen a la ciudad con ese
título, porque la Bienal de esculturas, que fue el más representativo,
ha decaído tanto que apenas se tiene en cuenta porque se ha convertido
en un evento más, con más penas que glorias, y son contados los
escultores de renombre que llegan hasta acá.
Ha sido hasta
penoso, que esculturas donadas por artistas de la plástica foráneos se
hayan pasado meses sin instalarlas, tiradas a un lado, después de
terminadas las bienales, algo muy desagradable.
¿Y qué decir de las que están, muchas de ellas deterioradas por el tiempo y sin una restauración seria y responsable? ¿Por qué?
Por
otra parte, si hablamos de los espacios, prácticamente la ciudad no
tiene una galería de lujo, que incite e invite a los escultores a
exponer y eso desestimula y frena.
Tampoco existen proyecciones para incrementar la cantidad de obras emblemáticas, y nombres como El Cucalambé, Guillermo Vidal y Gilberto E. Rodríguez,
por solo mencionar algunos, aun no cuentan con sus imágenes para el
público, porque aunque existen tres excelentes bustos de ellos, ha sido
muy difícil lograr el espacio para mostrarlos, y el que se decidió como
Parque de los Escritores, ya no lo va a hacer, porque lo han
transformado tanto para mal, que los dueños de las obras no quieren ese
lugar para instalar sus trabajos, y con razón.
No basta con tener decenas de esculturas instaladas en varios lugares, porque eso lo tienen otras ciudades como Bayamo, Santiago de Cuba, Camagüey,
que en estos momentos cuentan, además, con excelentes eventos, en los
que se reúnen reconocidos escultores, y le disputan el título de capital
a esta ciudad, y lo ganan por mucho.
Es un poco subjetivo y
hasta difícil, afirmar que Las Tunas ya no es la capital de la escultura
cubana, porque incluso, es un título que rinde homenaje a Rita Longa,
que vivió aquí, que hizo parte de su obra aquí, y respiró por los
pulmones de esta urbe.
Pero que nadie se engañe, aun sin el
título, cualquier otra ciudad de Cuba puede tenerlo en esencia, aunque
no se diga, y eso es lo más importante, lo que se hace para mantener una
idea, un proyecto, un sueño que una vez nació aquí mismo y hoy amenaza
con desvanecerse. Esa es la cuestión.
viernes, 29 de noviembre de 2013
- viernes, noviembre 29, 2013
- migueldnet
- Balcón del oriente cubano, capital de la escultura cubana, El Cucalambé, Gilberto E. Rodríguez, Guillermo Vidal, Las Tunas, movimiento escultórico, Ópinión, Rita Longa
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