Acabo de
regresar de La Habana con mi esposa María y mi hijo menor José Alberto, quien
ha pasado su cumpleaños 24 de vacaciones en la capital del país, ayer 26 de
julio.
Estuvimos hospedados en la casa de Yudennis y Osmel, dos gentes maravillosas, que son como familia, o para ser preciso, más que familia.
Estuvimos hospedados en la casa de Yudennis y Osmel, dos gentes maravillosas, que son como familia, o para ser preciso, más que familia.
Durante el cumpleaños anduvimos por el Acuario Nacional y por La Habana Vieja, visitamos a Esperanza, madre del gran amigo Enrique, quien a sus 86 años de vida sigue mostrando una vitalidad envidiable, llegamos hasta la casa de Armando Santana, entrañable amigo y periodista que anduvo conmigo recorriendo África y fuimos a Coopelia, que siempre aguarda con una grata estancia y helados de muchos sabores.
Durante seis días pasamos largas jornadas viendo películas, acostándonos tarde y levantándonos también tarde, caminando La Habana con un calor horrible, al extremo que a las 6:00 de la tarde el sol todavía quemaba.
Fueron unas buenas vacaciones, en familia, a la altura de los 24 años de Jose, que disfrutó mucho su estancia en la capital de todos los cubanos.
![]() | |||
En el Acuario. |
![]() |
En la Plaza de Armas junto a su mamá. |
![]() |
En la Catedral de La Habana. |
![]() |
Frente a La Bodeguita del Medio. |
![]() |
Jose y yo, en la casa de Yudennis y Osmel. |
0 comentarios:
Publicar un comentario