Desde
su graduación como historiadora del arte, Bárbara Carmenate ha sido un eslabón
importante en la compleja y larga cadena de las artes plásticas en Las Tunas,
por su aguda mirada y la crítica que hace crecer a las formas bidimensionales y
tridimensionales.
En
sus textos críticos, Bárbara evoca siempre un halo de conocimientos sobre la
obra o el artista en cuestión, lo que hace más completas las aspiraciones de
los autores y sus exposiciones, porque su saber siempre está en función de los
demás, y no pocas veces alerta sobre algo, señala un detalle que falta para
engrandecer o completar la obra.
Pero
no es solo en la crítica que Bárbara se ha ganado un espacio dentro de la
plástica de Las Tunas. Como investigadora siempre tiene un tema en el tintero,
una idea que la haga feliz y sobre todo que ayude a desarrollar el arte de la
provincia, porque su mirada y su agudeza siempre van más allá de lo posible
para determinar, prever o enunciar algo importante dentro de ese complejo
mundo.
De
ahí que esta intelectual se haya enrumbado su propio camino, su propio espacio
en los medios de comunicación o en los círculos de artistas de la plástica, y
siempre es preciso atender lo que dice, porque la verdad está ahí o muy cerca y
prestar atención y ocuparse en lo que señala es signo de un desarrollo
posterior.
Como
todo crítico de arte, Bárbara ha pasado momentos difíciles, porque en ocasiones
algún artista no entiende lo que dice y rechaza sus valoraciones, aunque al
final siempre su opinión está en el camino, porque desde afuera su mirada llega
a cada detalle, y con su conocimiento es capaz de brindar la luz para un mejor
entendimiento y la línea a seguir.
Por
todo ello, Bárbara Carmenate se ha convertido en una crítica e investigadora
necesaria, porque sus opiniones sirven para enrumbar las artes plásticas de
esta provincia, que aunque con buena salud siempre requiere de una mirada
inquisidora y aguda para que cada vez sea mejor su desarrollo.
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