
Los cañones pertenecen al castillo Elmina (nombre que ostenta el mismo pueblo), que hace varios siglos era una de las principales rutas de los esclavos hacia América, y cada día son como los centinelas que cuidan de la edificaciòn, siempre mirando al horizonte.
Esta imagen fue tomada por mi compañero de batería en tierras africanas Ahmed Velázquez, una tarde en que llegamos al castillo, hoy convertido en museo, y recorrimos sus entrañas para marcarnos para siempre por lo que allí vivieron miles de negros cazados como fieras.
El sol se iba poniendo allá, a lo lejos, por el Golfo de Guinea, y mi amigo captó este bello momento para la eternidad, que hoy pongo a consideraciòn de mis usuarios.
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