sábado, 31 de octubre de 2015

Siempre supe que Carlos M. Álvarez era un joven resentido con la Revolución (y no un contrarrevolucionario porque no llega a ese estatus), porque desde que comenzó a escribir siempre sus textos tenían el tufo de los sietemesinos, que todo lo que hacen es atacar al país que le dio vida y formación en todos los sentidos.

Sus textos no eran polémicos por su agresividad, pero sus opiniones podían pasar (inadvertidas casi siempre) y quienes lo leían incluso podían coincidir con él en algún punto de vista.

Pero ahora (el pasado 27 para ser más exacto) destapó su ira y odio al tomar en su boca nada menos que al Che Guevara, sin dudas un símbolo para las personas de bien en todo el mundo.

Yo, no voy a entrar en consideraciones con él porque sencillamente su texto no pasa de ser una bajeza extraordinaria, y contra eso nada hay que hacer, y porque además, la colega Norelys Morales Aguilera lo ha desmoralizado de forma contundente en su comentario De pionero de alcurnia a renegado en OnCuba, en el cual aplasta la arrogancia y el irrespeto de ese autor.

Solo me limitaré a decir que los muertos se respetan, y mucho más, cuando alguien habla de un hombre extraordinario como el Che Guevara como lo ha hecho este joven renegado y malagradecido, pierde todo el valor que alguna vez pudo haber tenido como periodista novel, porque los símbolos se respetan, y ni él ni nadie puede negar u ocultar que el Che es un símbolo no de Cuba y Latinoamérica, sino del mundo.

Sencillamente este periodista se ha echado un camión de excremento encima, y pasarán muchos años –y quizás toda la vida- para que las personas de bien del mundo olviden y le perdonen sus ofensas y su desenfrenado irrespeto.

Y concluyo con el comentario que puse en su trabajo publicado en Oncuba, un medio al que por cierto, también se le fue la rosca con esta publicación. Y escribí:

« Es lo más asqueroso y desatinado que he leído sobre el Che, sin dudas, un texto hijo del odio, el rencor, y sobre todo del resentimiento. Y lo peor: de un autor que no se ve por su insignificancia ante la estatura de un hombre como el Che, aunque haya tenido sus errores, como todo humano».

He aquí lo que escribió este hombre cuyo nombre no quiero repetir:



Maryla García Santos es una mujer que piensa, sueña y actúa con un pensamiento hipermedia.

Todo en ella es interactividad, multimedia, e hipertextos que la llevan al razonamiento lógico del ser humano, alejado de lo secuencial, porque aunque esté lejos de la máquina, de 26 digital, de su blog o de las redes sociales, siempre hay un lugar en su pensamiento conectado con los entresijos de la Red, que la absorbe el mayor tiempo del día.

Maryla es de la generación intermedia de los periodistas tuneros, que llegó graduada a la provincia de Las Tunas cargada de sueños e ideas abarrotadas de buena honda, de esas que la Universidad se encarga de impregnar a sus estudiantes, y estuvo en el ejercicio del periodismo tradicional hasta que llegó el periodismo hipermedia, que la cautivó para siempre en el afán de llevar la verdad de Las Tunas y de Cuba a la Red contada por sus propios protagonistas.

Siempre estudiosa, siempre perseverante, no pasa un día en que Maryla no encuentre algo nuevo en el laberinto de la hipermedia, y siempre que se le pregunta algo sobre ese mundo fascinante, ya no le da tregua a la búsqueda y al estudio, para profundizar en ello, porque entre sus principios inviolables está de forma permanente el no quedarse atrás en esta forma de expresión.

Hoy esta joven profesional es una de las más estudiosas del Periodismo hipermedia y sus opiniones están avaladas y respetadas por su conocimiento sobre el medio, y una de sus mayores virtudes profesionales es la socialización de todo lo que sabe, porque tiene alma de maestra, o por lo menos, de alguien que le gusta comunicarse para buscar entre todos la verdad o la médula de un asunto, mucho mejor si es del periodismo en red.

Su pasión por la versión de 26 digital en inglés es increíble, al extremo de que pasó mucho tiempo como editora y traductora de ese medio, algo extenuante pero que enfrentó con decisión y firmeza con excelentes resultados.

Ahora prácticamente la acaban de nombrar editora-jefa de ese medio en la Red, tarea que ha asumido con responsabilidad y seriedad, para mantener el trabajo que ha logrado ese colectivo por años, gracias a lo cual se sitúan entre lo mejor del país.


De ahí que cuando se habla de Periodismo hipermedia en Las Tunas y un poco más allá, hay que mencionar el nombre de Maryla, una mujer cuya entereza y perseverancia la han llevado a los primeros planos de este medio de comunicación, apasionante, pero sobre todo, capaz de encadenarte al ordenador.


El Valle de los Ingenios es uno de los lugares más emblemáticos de cuba, y de los conjuntos arquitectónicos más completos y mejor conservados de América.

Este valle se encuentra en Trinidad, actual provincia de Sancti Spíritus, y fue una de las primeras villas fundadas en Cuba. En su entorno se encuentra la famosa Torre Iznaga, que encierra una buena dosis de leyenda, vinculada con la historia de los hermanos Iznaga, acaudalados hacendados de la época y dueños de varios ingenios dedicados al procesamiento de la caña de azúcar.

Según una de las leyendas, la construcción de la Torre Iznaga se debe a la disputa amorosa entre ambos hermanos, enamorados de la misma joven, y en una plena competencia decidieron edificar cada cual, una obra que definiera quién se quedaba con la muchacha.

Dicen que Alejo, uno de los Iznaga, levantó una torre de 45 metros de altura mientras su hermano Pedro perforó un pozo de 28 metros de profundidad, del cual todavía hoy beben agua pobladores de la localidad.

Otra de las leyendas asegura que la edificación de la Torre Iznaga fue ordenada por Alejo para encerrar en ella a su infiel esposa, y sus esclavos levantaron la bella obra que iluminó el Valle de los Ingenios, tanto por su altura como por su belleza en medio de aquel lugar.

No se sabe a ciencia cierta cuál de las leyendas le dio vida a la Torre Iznaga, mas lo que sí es real es el simbolismo de la obra para la región, y hoy, al paso de los años, es uno de los signos de riqueza que predominaba en la villa de Trinidad, sustentata por el desarrollo de la industria azucarera, el comercio y el turismo.

En lo sucesivo, al amanecer nueve campanazos despertaban a la dotación de esclavos con sus del Ave María, para la asistencia al trabajo agrícola y, por la tarde, anunciaría el final de la jornada. 

Hoy la torre es uno de los más bellos monumentos de la cultura nacional, y cuentan los vecinos que en las noches claras, en los últimos pisos de la torre se ve la silueta de una bella mujer que ilumina el lugar, y por las ventanas se ve su rostro con sus ojos fijos en el valle, siempre con una lágrima que rueda por sus mejillas, porque aún llora el encierro por los celos de su esposo.

viernes, 30 de octubre de 2015

Cuando conocí a Reynaldo López Peña (Rey) comenzábamos en los avatares del Periodismo hipermedia, y andábamos sumergidos en los trámites para hospedar a 26 digital, su medio, y Tiempo21, el mío, en portales fuertes en Cuba, y sobre todo con mucho tráfico y visualización.

Eso fue en el 2000, cuando acababa de comenzar el nuevo milenio, y nosotros iniciábamos en este difícil y absorbente mundo de la Red, con mucho desconocimiento, sí, pero con unas ganas enormes de aprender y llevar a los planos estelares nuestros respectivos medios.

Recuerdo que un día nos fuimos a La Habana para hospedar a ambos medios en la Red, cuando en Cuba toda eso comenzaba y había un desconocimiento notable del periodismo que se hacía en la Web, porque la mayor experiencia estaba en los pocos sitios institucionales con presencia en Internet.

Ya 26 y Tiempo21 estaban en la Red por el empeño del pequeño nodo del Centro de Información y Gestión Tecnológica y Ambiental (Ciget) en Las Tunas, pero que realmente tenía poca presencia y tráfico en la Red, y a la capital nos fuimos con nuestra inexperiencia a buscar nuevos horizontes, y sobre todo, una mayor visibilidad.

Primero fuimos a Citmatel, donde se hospedó 26, pero a los de Tiempo21 no nos gustó mucho el trato de los representantes de esa institución y nos fuimos a dar a Islagrande, un portal con buena aceptación, aunque después supimos que habíamos fallado, porque por el desconocimiento no nos percatamos de la importancia del dominio .cu que sí ofrecía Citmatel, mientras Islagrande nos hospedaba como un subdominio.

A partir de entonces, entre Rey y yo surgió una amistad imperecedera, y era el paño de lágrima de todos los que luchábamos en la Red, porque era el de mayor conocimiento, y cada vez que andábamos atorados en algo allá iba la llamada y él, siempre solícito nos aclaraba y nos ayudaba, siempre con una frase final: «aprendan, que no soy eterno».

Así ha pasado el tiempo y hoy llevamos 15 años en la Red (26 vio la luz el 15 de marzo y Tiempo21 el 20), y ya hablamos un lenguaje diferente, porque el conocimiento ha crecido a fuerza de voluntad y estudio.

Siempre con su carácter alegre, siempre afable con los demás, respetuoso y servicial, hoy Rey no solo se dedica a la Web. Además de hacer multimedia y diseño, e integrar el equipo de softbol de la prensa, hoy se forma como fotorreportero, y siempre cámara en ristre aprieta constantemente el obturador para dejar plasmada la vida de Las Tunas y su gente, además de otras coberturas para su medio en la Red y el semanario impreso.

Por eso cuando se habla de medios de comunicación en la Red en Las Tunas y un poco más allá, Reynaldo es el primer nombre obligado, porque fue el pionero en nuestra provincia, cual estandarte erigido por todos nosotros, sus seguidores.



A Ana María Nápoles la conocí en la Universidad de Las Tunas, cuando en el segundo año de la carrera de Comunicación Social comencé a impartirle clases a su grupo, con el que estuve alrededor de tres cursos escolares con diferentes asignaturas.

Era aquel un grupo emblemático, de una inteligencia promedio superior porque todos eran aventajados, lo cual no es común en la docencia, porque como norma sobresalen algunos por encima de los otros, pero el de Ana María era un grupo inteligente porque todos lo era –lo son.

Ana María era una de las estudiantes más formales, quizás por su formación, quizás por su manera de pensar y de ser. Y no formal en la docencia, sino en la vida, la cual miraba con cierta metodología, y de ahí que Zoilita y Rebeca, dos de sus compañeras de aula y amigas más allegadas le decían «La Vieja» del grupo, la de los buenos consejos, la de la rectitud ante los diversos caminos que se abren a la juventud.

En la Universidad la recuerdo precisamente junto a Rebeca y Zoilita (desaparecida prematuramente unos meses después de graduada), quien muchas veces era la confidente de Ana María, y no fueron pocas las que recibieron el consejo de esta muchacha que quizás era demasiado seria para la alegría de aquel grupo de estudiantes, lo que para nada quiere decir aburrida.

Quizás nunca pensó Ana María que un día se dedicaría al periodismo y a la realización radial, porque era más apegada a lo institucional, aunque en mis clases siempre era de las más destacadas, tal vez porque llevaba una periodista dentro.

Y así pasó el tiempo y pasó, y un día no muy lejano se graduó de comunicadora social y la enviaron a trabajar a Radio Chaparra, la emisora del norteño municipio de Jesús Menéndez, y fue grande mi alegría cuando la vi ya como colega, y después nuevamente como alumna en un diplomado de Periodismo radial, en el que como siempre compartía sus ideas y sus experiencias, discrepaba de algún concepto o punto de vista, hecha ya una profesional.

Locutora y realizadora además, Ana María es hoy una de las profesionales más destacada de Radio Chaparra, donde lucha por el desarrollo de su comunidad desde su posición de radialista, como para demostrar que los comunicadores se adaptan a cualquiera de las especialidades de esa ciencia, y la audiencia –el juez verdadero- es capaz de reconocer la valía de los que están detrás del micrófono, como ella, en el apasionado mundo de la radio.


martes, 27 de octubre de 2015

El día que Argibaldo Acebo decidió de niño cambiar la batería por la guitarra y sintió la emoción y el temblor cuando la maestra Bertica Maestre le entregó ese bello instrumento en sus manos, la música de concierto ganó, desde ese mismo instante, a uno de sus mejores exponentes no solo de Las Tunas, sino del país.

Eso fue hace muchos años, tiempo en el que Argibaldo se graduó de la escuela vocacional de Arte y del Instituto Superior de Arte, y de acumular cientos de horas de estudio de la guitarra, instrumento que se sabe al detalle, pero que cada día le sorprende con un sonido que puede resultar nuevo.

Joven observador, filósofo de la vida y alumno siempre del arte, es Argibaldo una persona querida por todos, por su forma de ser, su manera de ver la vida y de tratar a los demás, a quienes comprende porque siempre se pone en su lugar, y de ahí que sus triunfos vayan más allá de su existencia artística.
Decir el nombre de Argibaldo es decir calidad interpretativa, calidad humana, proyecciones presentes y futuras, lucha por un mundo mejor como persona y como integrante de la sociedad que él decidió para vivir.

Sus presentaciones siempre resultan memorables, porque es tanta la maestría adquirida aun en su juventud, que asombra y sobre todo deleita el verlo en el escenario, acariciando a su eterna compañera, que le es recíproca con sus bellos sonidos que enaltecen el alma.

Guitarrista concertista de excelencia, él pertenece a una generación de envidia en el manejo del instrumento, y eso hace mayores sus éxitos, porque le ha tocado vivir una época de elite en la guitarra, siempre bajo el manto de grandes maestros como Andrés Segovia, a quien espera imitar al final de su vida para terminar en un escenario, más allá de los 90 años, como su máxima aspiración, a lo que él llama la definitiva consagración.

Y seguramente así será, porque la vida premia a los grandes, a los que luchan siempre por ser mejores, a los imprescindibles, en cuya fila ya se integra Argibaldo Acebo, un hombre de bondad y de altruismo, quizás más allá del límite.


domingo, 25 de octubre de 2015

Danilo, junto a Hindira en el dúo de cámara Presto.
Cuando se habla de la enseñanza artística en Las Tunas, siempre habrá que mencionar el nombre de Danilo Lozada, un joven que llegó aquí en 2006 graduado de chelista desde su ciudad natal Santiago de Cuba, y tuvo la entereza y la voluntad de fundar la cátedra para la formación de estudiantes en el chelo en este territorio, que ya cuenta con egresados en ese bello y difícil instrumento.

Nunca pensó Danilo en la ardua y compleja tarea que le tocara como profesor, pero no lo pensó dos veces cuando le propusieron transitar por el nuevo camino y emprendió con su talento y tesón la fundación de la cátedra, mirando siempre al futuro detenidamente en la formación de una sinfónica en el tiempo, pues era el chelo el instrumento más deficitario para lograrlo.

Fue Hindira Mastrapa, bella y talentosa pianista, quien lo incitó a revolucionar su vida en función de la docencia y de su propio desarrollo como concertista y a partir de su encuentro con la también profesora de la escuela vocacional de arte El Cucalambé surgieron nuevas motivaciones y su línea de meta cambió y se propuso llegar como triunfador, algo que ha logrado en estos nueve años de labor en Las Tunas.

Después, o casi simultáneamente llegó el amor con Hindira, y surgieron nuevos proyectos y llegó el dúo de cámara Presto, en el que él toca el chelo e Hindira el piano, con ambos instrumentos como protagonistas, y un ya largo camino recorrido con éxito, junto a la docencia.

Hoy Danilo también siente orgullo por haber sido el protagonista principal en la formación de los chelistas de Las Tunas y por el triunfo de su dúo, alimentado por el amor a su pareja y a su profesión, siempre con el ánimo por el cielo y la varilla más arriba, mirando a las nubes, al futuro prometedor.

Danilo Lozada por supuesto que sigue siendo santiaguero, pero ya también es tunero, y no piensa levar ancla de esta tierra que lo ha acogido como a un hijo, de la cual siente orgullo por su remanso, por su tranquilidad y el valor de sus habitantes, por su escuela y la existencia misma, que le ha enseñado en estos años que la vida vuelve a comenzar en cualquier esquina, siempre que la mirada sea firme y la cabeza erguida, en busca de un mundo mejor.



El parque temático de Las Tunas es ya una realidad.
Con el nombre de Las Palmeras, la nueva instalación para el disfrute y el recreo abrió las puertas en una bella noche de este octubre, y buena parte de la población pudo disfrutar de la belleza natural del lugar, que incita a la estancia tranquila y al mismo tiempo llena de ese halo cautivante que imponen los lugares naturales.

Aledaño a la Plaza de la Revolución y al emblemático hotel Las Tunas, el parque en su primera etapa cuenta con un Ranchón restaurante especializado, un gimnasio biosaludable y el área para deportes extremos, todo rodeado de diversos tipos de palmas endémicas de Cuba, los senderos entre jardines y dos espejos de agua aportan una nota de distinción al lugar, que cuando esté completamente listo contará con 42 hectáreas.

Este proyecto también contará con espacios que informan sobre el propio desarrollo de la humanidad, a través de la evolución de la propia vida, la revolución industrial, la agroecología y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y con de especies de la flora y la fauna del mundo, además de una piscina, canchas de voleibol de playa, un anfiteatro griego y un laberinto de setos, con más de 20 mil posturas.


Esto forma parte del proyecto Identidad y desarrollo que promueve la recreación de los habitantes de la provincia de Las Tunas.

martes, 20 de octubre de 2015

Cuando se habla de la música de concierto en Las Tunas, hay que mencionar de forma obligada el nombre de Hindira Mastrapa, una bella y talentosa joven que deleita con sus interpretaciones con el piano.

Una vez que llega al escenario, el espectador queda cautivado por el impacto visual que proyecta su figura femenina, con su piel de nácar y su pelo negrísimo, y cuando escucha las primeras notas el amor es a primera vista.

Hindira es una muchacha amada por su público porque sabe apresarlo por siempre con su melodía. Y en el escenario, cualquiera que sea, piano y pianista se funden en un solo ser que se levanta para enamorar durante el tiempo que dure su presentación.

Desde niña, su amor por la música sobrepasaba todos los límites, y cuando tuvo que escoger el instrumento el piano la sedujo y a partir de su entrada como estudiante su piano y ella tal parece que fueron hechos el uno para el otro, porque ambos se concatenan aun fuera del escenario.

Esta es una joven hecha bondad, amor, cariño infinito por el prójimo, y escucharla hablar, moverse, caminar fuera de su escenario, es darse cuenta que es una de esas mujeres que riegan con su efluvio la razón de su existencia y la de muchos otros.

Tanto como solista, como integrante del dúo de cámara Presto, que conforma con su otro gran amor, el músico Danilo Lozada, la Mastrapa muestra sus cualidades para enfrentar el reto que supone asumir la forma más bella de lo bello, al decir de José Martí, y es tanta la maestría que desarrolla, que sus interpretaciones no solo deleitan sino que convidan a más y más, rozando el límite de lo posible.

Por todo ello, Hindira Mastrapa es un orgullo de Las Tunas, esta ciudad que la acoge como una de sus hijas más ilustres, parabién de los propios tuneros.




miércoles, 14 de octubre de 2015

Como una forma de saldar la deuda con su propia historia, el pueblo cubano siempre se ha caracterizado por la ayuda internacionalista a otros pueblos del mundo.

Así, en las décadas del 70 y del 80 del pasado siglo, la presencia cubana se hizo fuerte en África, donde su protagonismo fue relevante en la lucha contra la Apartheid, y más de 300 mil cubanos cumplieron misiones militares. Una parte de ellos entregó la vida por las causas nobles de esos pueblos oprimidos.

Los restos de los heroicos combatientes caídos, reposaron muchos años en las rojas tierras africanas, y luego de un extraordinario trabajo en el que participaron especialistas del Instituto de Medicina Legal de Cuba para la identificación y preparación de los cadáveres en el cementerio de la Misión Militar Cubana en Angola, el 7 de diciembre de 1989, se iniciaba la Operación Tributo, que consistió en el traslado a la Patria de los restos de los dos mil 077 cubanos caídos en Angola, 160 en Etiopía y 113 en otros países, para darles sepultura en la tierra que los vio nacer.

La Operación Tributo se hizo coincidir con el aniversario 93 de la caída en combate del Mayor General Antonio Maceo Grajales, pilar fundamental en las guerras de liberación del siglo XIX, y su ayudante, el capitán Panchito Gómez Toro, para rendir en solemne ceremonia el homenaje de todo un pueblo a quienes con su sangre abonaron la causa de la independencia en otras naciones.

De ahí que el 7 de diciembre de 2009, se cumplió el vigésimo aniversario de la Operación Tributo, y Cuba toda acudió en solemne peregrinación hasta los panteones edificados a los caídos, para rendir merecido homenaje a los que con su sangre ayudaron a la liberación de otros pueblos.

Cada año, en la ciudad de Las Tunas, la peregrinación parte desde el parque Maceo, en el mismo corazón de la urbe, y recorre las principales calles hasta el cementerio Vicente García, donde el pueblo, junto a los familiares, reunidos ante el panteón a los caídos, se les rinde tributo a los hijos, hermanos, padres… que entregaron sus vidas por un mundo mejor.

Siempre, en una mañana soleada, están los rostros de la tristeza, que enseñan el dolor del alma ante la ausencia del ser querido. Son los mismos rostros que una vez expresaron su alegría junto a ese que hoy no está.

Estos son los rostros de la tristeza. Siempre vuelven a expresar el dolor que han llevado dentro, junto a los nichos de sus seres queridos, y justamente el 7 de diciembre, cuando se cumple un aniversario de la Operación Tributo, aquel heroico gesto de Cuba cuando su pueblo dio sepultura a quienes cayeron combatiendo en otras tierras del mundo.

No han faltado las lágrimas por el ser querido, la tristeza por quienes entregaron sus vidas por una causa justa; la entereza ante el ejemplo legado a las nuevas y futuras generaciones.








lunes, 5 de octubre de 2015

Ser uno de los más significativos exponentes de las artes plásticas en la provincia de Las Tunas es un compromiso extraordinario para René Peña Carbonell, un escultor que busca en cada forma una de las razones de su existencia.

Artista sensible ante las cosas bellas, humano a la hora de crear sus esculturas, y agudo en sus opiniones, siempre en busca de la perfección, René es un artista de academia, desde la escuela nacional hasta el Instituto Superior de Arte, y sus conocimientos salen a la luz en cada obra, que transpira siempre elementos de las más diversas tendencias, aunque una prevalezca sobre las otras.

René perteneció al grupo La Campana, emblemático, emprendedor y conflictivo en el mejor sentido de la palabra, porque sus propuestas hacían pensar, reflexionar sobre un tema, indicar caminos, quizás engorrosos, pero para nada inadvertidos, y sí muy sugerente a la hora de encarar el arte, que para ello está en su esencia.

Quizás esa experiencia lo hizo más maduro, porque muy joven se dio cuenta de que lo pensado tantas veces podía ser posible, y si tenía talento, conocimientos y colegas que lo enrumbaran, solo hacían falta su voluntad de acero y los deseos de comerse al mundo para salir adelante.

Y así ha sido siempre. René Peña no está tranquilo un momento, a pesar de tomarse unos meses sin crear formas físicas, porque su mente tiene un mecanismo revolucionario, una polea trasmisora, para concretar una idea siempre en función de los demás, porque para nada es un artista alejado del público y tiene en cuenta cada concepto o sugerencia que les lleguen de otras personas.

Amante furibundo de Las Tunas, su ciudad, cuando anda por sus calle no se pierde un detalle, nada escapa a su mirada escudriñadora, y entonces llega la propuesta de hacer esto o aquello, para legarle una urbe mejor a sus hijos, a las nuevas generaciones y hasta él mismo.

En la azotea de su edificio, convertido en un gran taller al aire libre, pasa noches enteras creando metal o madera, o ambas fundidas en un solo elemento, y se cuentan por decenas las veces que el primer grito de la aurora lo sorprende, empeñado en una forma que no queda como quiere o en la terminación de una obra que se niega a sus ansias, o con la satisfacción de una noche plena de entusiasmo y de tres dimensione hechas para perdurar.

De ahí que René Peña sea una de las personalidades más significativas de la cultura en Las Tunas, porque su concepción del mundo y del arte lo hacen singular cuando sus empeños nacen en forma de esculturas para hacer felices a los demás.


viernes, 2 de octubre de 2015

Nuevamente la tragedia golpea a Estados Unidos. El horror se apoderó de la apacible Roseburg una ciudad de 20 mil habitantes, ubicada a 280 kilómetros al sur de Portland, la urbe más importante de Oregon, famosa por su progreso, el cuidado del medio ambiente y la defensa de las minorías.

Los disparos llegan otra vez a una universidad del país el norte, específicamente en el Umpqua Community College de Roseburg, donde al menos 10 estudiantes murieron y siete resultaron heridos, en una de las masacres más sangrientas de los últimos años.


El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se dirigió al país en conferencia de prensa y habló de la «rutina» de la muerte. «Las informaciones son rutinas, mis reacciones aquí son una rutina y lo es la conversación posterior», dijo frente a las cámaras, visiblemente cansado.

Obama advirtió que «ningún país avanzado» experimenta tantas masacres como Estados Unidos, como ya había dicho luego de la matanza en una iglesia de Charleston, en junio pasado.


El tiroteo comenzó por la mañana en la sección de ciencias de la universidad, cuando un hombre recorrió las aulas de la institución con cuatro pistolas, hacía poner de pie a los estudiantes y preguntaba de qué religión eran: si la respuesta era cristiano, le disparaba en la cabeza, si la respuesta era negativa, disparaba a las piernas, dice Kortney Moore, una joven estudiante, testigo del horrendo crimen.


La policía acudió al lugar y en un intercambio de disparos abatió al criminal. Era un joven de unos 26 años y cuando se analizó la actividad del criminal en las redes sociales había escrito: «Ésta es la única vez que voy a aparecer en las noticias. Soy tan insignificante».


Esta ha sido la peor tragedia ocurrida en una universidad estadounidense en lo que va del año, y una de las peores de una larga lista de masacres en centros educativos que son ya una marca registrada de la violencia en Estados Unidos.


En octubre del pasado año tuvo lugar una de las últimas, cuando cinco personas murieron en manos de un atacante que se suicidó en el Instituto Pikchuck de enseñanza secundaria de Marysville, Washington, y en diciembre 2012, un joven de 20 años mató a 20 estudiantes y seis adultos en la primaria Sandy Hook, de Connecticut, una de las peores matanzas de los últimos tiempos.

Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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