Cuando
se habla de la música de concierto en Las Tunas, hay que mencionar de forma
obligada el nombre de Hindira Mastrapa, una bella y talentosa joven que deleita
con sus interpretaciones con el piano.
Una
vez que llega al escenario, el espectador queda cautivado por el impacto visual
que proyecta su figura femenina, con su piel de nácar y su pelo negrísimo, y
cuando escucha las primeras notas el amor es a primera vista.
Hindira
es una muchacha amada por su público porque sabe apresarlo por siempre con su
melodía. Y en el escenario, cualquiera que sea, piano y pianista se funden en
un solo ser que se levanta para enamorar durante el tiempo que dure su
presentación.
Desde
niña, su amor por la música sobrepasaba todos los límites, y cuando tuvo que
escoger el instrumento el piano la sedujo y a partir de su entrada como
estudiante su piano y ella tal parece que fueron hechos el uno para el otro,
porque ambos se concatenan aun fuera del escenario.
Esta
es una joven hecha bondad, amor, cariño infinito por el prójimo, y escucharla
hablar, moverse, caminar fuera de su escenario, es darse cuenta que es una de
esas mujeres que riegan con su efluvio la razón de su existencia y la de muchos
otros.
Tanto
como solista, como integrante del dúo de cámara Presto, que conforma con su
otro gran amor, el músico Danilo Lozada, la Mastrapa muestra sus cualidades
para enfrentar el reto que supone asumir la forma más bella de lo bello, al
decir de José Martí, y es tanta la maestría que desarrolla, que sus
interpretaciones no solo deleitan sino que convidan a más y más, rozando el
límite de lo posible.
Por
todo ello, Hindira Mastrapa es un orgullo de Las Tunas, esta ciudad que la
acoge como una de sus hijas más ilustres, parabién de los propios tuneros.
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