sábado, 29 de agosto de 2015

La intensidad con que vive Lucy Maestre es una de las causas de revolucionar todo lo que hace en busca de una mejor razón para su labor profesional, y eso la marcan como una de las poetisas, narradoras y promotoras culturales más importantes de la provincia de Las Tunas.

En cualquiera de las facetas de esta intelectual siempre se impone la cultura del detalle, porque ella, detallista por excelencia, encuentra siempre la mejor palabra, la mejor frase, el mejor verso para hacer felices a los demás, y su impronta se erige entre los círculos allegados de amigos, familiares y colegas, que la admiran y la respetan por sus dotes como mujer de letras.

La dulzura de Lucy con su mezcla filosa y mordaz en determinados momentos, la hacen una mujer no solo sugerente, sino enigmática, porque detrás de su físico, allá donde comienza y termina el alma, hay una persona llena de pasiones, ilusiones y desencantos, que se mueve dentro de la literatura para dejar su huella en cada libro que concluye o ve la luz en las imprentas.

Mujer de versos firmes, llenos de lirismo y sugerencias, y una prosa capaz de enamorar a los lectores, Lucy Maestre se vale en ocasiones de una fina ironía para atrapar al lector y advertirle que nada pasa inadvertido, porque la vida es lucha y pasión, enamoramiento y caminos tortuosos y ahí radica el mayor encanto de su obra, hecha sin miramientos y sin detenerse en el qué dirán, porque lo que dice es lo que siente y basta, aun cuando trata de no herir ni maltratar con su palabra.

Por ello la cultura en Las Tunas se enorgullece de Lucy Maestre, porque además de ser brillante como intelectual, ofrece lo mejor de sus esfuerzos para levar adelante la obra de ella y de los demás, porque su labor es precisa e importan te, siempre de la mano, siempre de la mente presta y capaz de ser mejor para el bien de los demás.

domingo, 23 de agosto de 2015

Me acaban de otorgar el Sello 90 aniversario de la Radio Cubana, por más de 20 años en el medio con una labor destacada, según consta en acta. 

El reconocimiento se ha entregado en el Festival provincial de Radio, y me ha hecho detenerme en el tiempo por un instante.

A la radio llegué en octubre de 1994, cuando el periódico 26 pasó a ser semanario los problemas con el papel, debido en gran medida a la caída del campo socialista.

Yo había iniciado en 26 cuando era diario, en 1978, y miraba a los compañeros de la radio con cierto aire de superioridad, porque el diario era lo máximo, según nuestras concepciones –y las concepciones del mundo-, y considerábamos aquel medio como arte menor.

Hacía solo un tiempo yo había pasado unos tres meses en la radio como ayuda a ese medio que era el más fuerte del país en las difíciles condiciones de nuestra economía, y a la verdad me gustaba, pero imperaba la tinta y el papel, las páginas impresas y el periodismo de prensa plana, en el cual inicié y me formé parabién.

Mas, cuando el periódico comenzó a deprimirse de manera acelerada, decidí marchar a la radio, no solo buscando nuevas oportunidades, sino por la insistencia de otros profesionales amigos que me esperaban con ansias en el medio, y hacia allá partí, no sin sentir un tremendo peso en el alma, porque dejaba mi querido periódico, cuyo amor perdura hasta hoy.

No obstante, desde el primer día la radio me fascinó y comencé a aprender toda la tecnología del medio, la cual dominaba solo a dos o tres meses de haber entrado y me atrapó no solo el periodismo, sino la realización de programas, y todo lo relacionado con el sonido, y hoy mis mayores satisfacciones pertenecen a la radio.

Por eso he pensado en mi vida dentro de este fascinante medio en solo un instante, cuando Aliuska Barrios, directora de la radio en la provincia de Las Tunas, me entregó el Sello, que me honra y me impulsa a más, y me pone a pensar, por supuesto, que mi labor vale, sobre todo porque empeño siempre hay para hacerlo todo mejor.


domingo, 9 de agosto de 2015

Cuando en la provincia de Las Tunas se habla de buenos decimistas, el nombre de Argel Fernández Granados emerge con fuerza hacia lo más alto, porque con voluntad y talento, sus versos se imponen en una forma poética que clasifica como una de las más difíciles, a pesar de quienes la desdeñan.

Argel es un poeta natural, formado en los talleres literarios, aun en medio de tropezones que una vez casi lo hacen desistir de ser escritor, porque sus compañeros talleristas se ensañaban con sus textos, pero solo con el objetivo de que aprendiera la técnica, porque la madera la poseía, solo que era necesario pulirla.

Desde pequeño se la pasaba inventando historias entre los buenos y los malos, y así creció y se formó como narrador y poeta, como escritor, como él mismo se caracteriza, y hoy sus textos, inéditos en su mayoría, se codean entre los mejores de la provincia, y él, con su parsimonia a cuestas, aprende y escribe, con el único afán se soltar todo los sentimientos que lleva consigo.

Es este un hombre que le debe lo que es a su familia, humilde y apegada a las raíces campesinas, los guateques y las décimas improvisadas, y de ahí su fortaleza, porque creció rodeado no solo de campiña, sino de la cultura más autóctona de su país, y eso es medular para el crecimiento de cualquier decimista, narrador, escritor.

Por ello esta provincia le da gracias a la vida por contar con un escritor de la talla de Argel, siempre presto para hacer que nazca un verso que le dé vida a una décima, un soneto, un poema en versos libres, o un cuento, porque él nació para escribir y la vida lo incita cada día a ello, cuando le presenta sus detalles bellos, los cuales él siempre aprovecha para lograr la felicidad de los demás, que disfrutan sin freno todo cuánto escribe, parabién de la cultura.



Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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