lunes, 29 de febrero de 2016

Próxima a su cumpleaños 25, la Editorial Sanlope, de la oriental provincia de Las Tunas, consolida sus producciones literarias y ha dado curso no solo al deseo de los muchos escritores que hay en el territorio, también a figuras de relieve nacional, ya sea por haber recibido un premio de los concursos que se convocan desde aquí, o por la significación de su obra, como es el caso de los poetas Raúl Orta Ruiz y Pablo Armando Fernández.

La Casa editorial tiene producidos miles de ejemplares, que se desglosan en ocho líneas editoriales; son ellas, Montaraz, para los escritores conocidos; Tarot, para los noveles poetas, Cabaniguán, destinada a las investigaciones socioculturales e históricas, Caballo Blanco, a la narrativa, y Vinagrito, dirigida a los niños.

Además se encarga por otra parte de publicar en su colección Iberoamericana, todas las obras premiadas en los concursos Cucalambé y Décima Joven de Cuba, mientras la colección Abierta da luz a los textos extensos, y para colorear, entre otros.

Esta institución existe desde 1991 y toma su nombre del escritor tunero Manuel Nápoles Fajardo, hermano del mayor decimista cubano del siglo 19, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé, quien decidió utilizar como seudónimo el anagrama de su apellido.

El nombrado Sanlope fue el autor de Flores del alma, primer libro publicado en Las Tunas, en el año MIL 860.

Hoy la editorial rinde honor a este hombre de letras con la calidad de lo que publica y sus producciones rebasan la cifra de los quinientos títulos.


domingo, 28 de febrero de 2016

José Miguel Costa es un joven creador que siempre tiene una idea experimental en su mente para llevarla al lienzo o al diseño gráfico, de acuerdo con los conceptos de la obra, porque él de los que piensa en una idea para cada especialidad de las artes plásticas, y hacia ahí siempre anda en su paso por la vida.

Artista de academia, con un cúmulo de horas de experiencias, pero sobre todo de conocimientos para enfrentar cualquier proyecto, por difícil que sea, Costa mira la vida en los tonos y colores que tiene, y desde las filas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) ha hecho época en la pintura y el diseño gráfico, un poco para demostrar que el arte tiene varios caminos, solo que es preciso saber cuál escoger en cada momento.

Desde su entrada a la Academia de Ballet y Artes Plásticas de Camagüey Costa supo la certeza de su elección, y en la escuela supo aprovechar cada clase, cada enseñanza, y se codeó con los mejores profesores para apropiarse de los conocimientos que le permitirían despejar el camino una vez graduado y así ha sido desde su egreso.

No es Costa un artista que acomete un cuadro o un trabajo gráfico a primera vista, porque antes de comenzar piensa detenidamente en cada idea para una vez iniciada la labor creadora, tener presente cada concepto y cada trazo definitorio de su empeño, siempre creciente ante las ansias de hacer y hacer.

De ahí que José Miguel Costa sea uno de los artistas de la plástica más destacado de la provincia de Las Tunas, con una obra siempre en ascenso, como para demostrar que los jóvenes caminan con certeza por los senderos del arte, cual buen relevo de las generaciones empeñadas en formar a los que vienen luego.




sábado, 27 de febrero de 2016

Dicen que cuando pequeño se paraba largos ratos frente al mar para comprender sus secretos, y en los pocos años de estatura soñaba con luces y azules, y gaviotas blancas redondeando lo que después supo era el encuadre de la cámara fotográfica.

Sus estudios fueron como los de cualquier niño de una ciudad portuaria, y un día llegó al Instituto Superior Técnico de Holguín Oscar Lucero Moya, para egresar cinco años después con el título de ingeniero mecámico.

No obstante, en todos esos años las imágenes lo sorprendían y lo llenaban de curiosidad, y un día se enteró de una convocatoria para camarógrafo de televisión y vio llegar la gran oportunidad de su vida, y se diplomó en Periodismo, y llegó al arte como los grandes, y las cámaras comenzaron a respetarlo, porque sabían de su maestría y destreza para sacar imágenes muchas veces sorprendentes.

Miembro de la Unión de Periodistas de Cuba, en el año 2003 alcanzó el primer nivel de la especialidad de camarografía. Ha obtenido varios reconocimientos, premios, condecoraciones, medallas y menciones como Director de Fotografía, lo que ha posibilitado su membresía en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

Ha realizado obras audiovisuales en las Repúblicas de Haití y Venezuela. Actualmente funge como Artista Independiente de la filial de Cine, Radio y Televisión de la Uneac en la provincia de Las Tunas y su lente siempre anda con él como para no olvidar que es su gran herramienta, esa que saca a la luz los planos, encuadres y composiciones más sorprendentes, siempre con el ansia de la primera vez. 


Yoan Bárcena es uno de los realizadores audiovisuales de Las Tunas que va dejando una huella en su labor dentro del colectivo de Tunas Visión, y no solo por su talento, sino por su empuje ante cuanta idea llega a él, de su propio pensamiento creador o de otra persona.

Bárcena siempre anda lleno de ideas renovadoras, y tiene en el documental y sobre todo en la ficción, sus metas supremas, porque según sus palabras es en esos géneros en los que se puede desarrollar plenamente, con la imaginación en su más alta expresión.

Desde que trabajaba en electrónica ya en el propio canal territorial, Bárcena aprovechaba cada oportunidad para dejar el taller y meterse en los cubículos de edición y el máster, y observaba con detenimiento cada acción y cada orden, siempre con su mirada fija en las imágenes, hasta que un día le dieron la oportunidad de dar sus primeros pasos en la edición de materiales para no alejarse más de la realización, e ingresó en el Instituto Superior de Arte de donde egresó un día con notas sobresalientes.

Después, en correspondencia a la calidad de su trabajo ingresó a la Filial de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en la provincia de Las Tunas, desde donde ofrece su aporte a los audiovisuales de promoción de los artistas y escritores pero siempre con la mente puesta en la ficción, a la que un día llegará con un gran proyecto.

Otra de sus pasiones está en el desarrollo de los jóvenes artistas, desde la Asociación Hermanos Saíz, y se empeña en cada idea de sus miembros, para lograr un acto de creación en cada entrega.

De ahí que el nombre de Yoan Bárcena esté inscrito en la lista de los buenos creadores audiovisuales de Las Tunas, porque jóvenes como él son los protagonistas principales del arte de la imagen y el sonido en la provincia, un territorio que crece desde la espiritualidad plena de sus hijos.




sábado, 20 de febrero de 2016

La destacada poetisa y narradora María Liliana Celorrio, es una escritora que sobresale por la coherencia de un discurso que sin apartarse de la contemporaneidad aborda lo universal e identitario.

En no pocos de sus textos asoma un sujeto sufriente y vivo para lograr conmover, a partir del descubrimiento de paisajes internos y desgarradores, que combina en una misma historia el mundo de la poesía o la narrativa.

Esta autora siempre muestra un lenguaje diáfano que crea las coordenadas poéticas y narrativas necesarias para contar sueños, esperanzas y pérdidas desde el tiempo resguardado en la memoria, y dice sentirse contenta con su obra, en momentos de tristeza o de alegría, porque siempre existe un buen día esperando en cualquier esquina.

Su obra poética, sobre todo, guarda identidad con las mujeres que han enfrentado muchas barreras en su vida y sin embrago son capaces de reflexionar y sobreponerse; su vida amorosa, su natal Puerto Padre, su hijo Julián Marcel, y sujetos que representan lo más querido, muchos de ellos ausentes de la vida.

María Liliana Calorrio nació en Vázquez, Puerto Padre, provincia de Las Tunas, y es una de las poetisas y narradoras más destacadas del país; Premio Nacional Raúl Ferrer por la Obra de Toda Una Vida de la Biblioteca Nacional José Martí y Premio Nacional de la Crítica, y entre sus principales libros de poesía y narrativa figuran Juegos Malabares, La Barredora de Amaneceres, Del amante, Los Hombres de Pálido, EL Jardín de las mujeres Muertas, Yo, la peor de todas, Mujeres en la cerveceraEl último tango en Paris y Matar al pájaro sentado.

Por todo ello, es María Liliana una de las más importantes voces de la literatura cubana actual, siempre viva, siempre atenta a lo que pasa a su alrededor, para el nacimiento de una poesía y una prosa especiales, y sobre todo, cautivadoras.


martes, 16 de febrero de 2016

Dicen que el tinajón es para Camagüey como el aire que respiran los habitantes de la bella ciudad que en sus inicios se llamó Puerto Príncipe.

Desde tiempos remotos esta reliquia sirvió como influencia para la antigua tierra de Camaguebax, y aunque los colonizadores españoles y los nativos de entonces lo utilizaban para conservar fresca el agua para beber, aquellos grandes recipientes construidos con barrio de la Sierra de Cubita adornaban cada rincón de la tierra camagüeyana.

Los jardines camagüeyanos además de bellas flores siempre contaban con los grandes tinajones, y las casas de amplios portales se empeñaban orgullosas en mantener los recipientes, muchos de ellos enterrados hasta la mitad, y llenos del agua cristalina que utilizaban los moradores, aunque con el tiempo muchos más solo se utilizaban como símbolos de la tierra que los vio nacer.

Cuentan que fueron los que llegaron de la lejana Andalucía quienes tomaron como patrón al tinajón o aljibe que utilizaban para guardar la producción de aceite de olivo, y en la transportación de granos para diseminarlos por la villa de Puerto Príncipe.

Su utilidad y belleza lo han hecho trascender en el tiempo, y hoy también es símbolo de amor de las parejas que pasaban horas al lado de esos recipientes, y son numerosas las fotos de todas las épocas que muestran a camagüeyanos y cubanos en general al lado de esos símbolos silenciosos.

Los más viejos del Camagüey siempre hablan del adagio sentencioso de que quien tome agua de uno de esos tinajones nunca más puede desprenderse de una camagüeyana  y tiene que echar ancla en esa tierra. 

Hoy los tinajones del Camagüey revelan parte de la riqueza cultural que enmarca la arquitectura, entorno y vida intelectual en esa bella cuidad.


Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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