domingo, 26 de abril de 2015

Desde que el mundo es mundo existe la desigualdad, la pobreza extrema y la riqueza.

Siempre los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
África, la cuna de la vida, es un continente que tiende a desaparecer. Las cosas más insólitas, las tristezas más grandes, el espanto y la desesperación se vive a cada paso en ese inmenso territorio, tan rico en recursos naturales, lo que constituye la mayor de las paradojas.

¿Cuántos africanos están condenados por el SIDA? ¿Cuántos por la tuberculosis? ¿Cuántos niños están desnutridos? ¿Cuántos pequeños mueren cada minuto por enfermedades curables? ¿Qué tiempo durará esta población sobre la Tierra?

Nadie sabe. Solo existe la certeza de que la población de ese continente marcha de forma acelerada hacia el reino del silencio. Porque África es el dolor del mundo.

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Esta es la imagen más famosa de cuantas he hecho.

Es una imagen del reconocido escritor de la provincia de Las Tunas, Guillermo Vidal, que se ha reproducido en la Red sin límites, porque ha ido de mano en mano a partir de la original que alguna vez publiqué un año después de su muerte, en 2005, cuando en www.tiempo21.cu hicimos un dossier sobre la vida y la obra del escritor, como un homenaje a su memoria.

Y aunque nadie nunca me la solicitó para publicarla, y como sé que es mía, porque la hice y porque tengo el original por si alguien lo dudara, me ha dado mucha satisfacción la reproducción en cuanta publicación hable de él, porque eso también es un homenaje por mi amigo desaparecido.

Cuento por primera vez en público la historia de esa foto.

Data de finales de 2003, con motivo de un video arte que Alejandro Lora y yo hacíamos al Guille, y la imagen está en la portada del disco con el audiovisual.

Recuerdo que durante toda una tarde, sentados los tres en el suelo del patio de su casa, a la sombra de un árbol, discutíamos el guión del video para promocionar su novela La saga del perseguido, con la cual acababa de ganar el Premio Alejo Carpentier, uno de los más importantes de la literatura, y la idea original que llevábamos quedó enriquecida, y al final resumíamos la esencia de su libro.

Después comenzamos a maquinar para filmar una película sobre una de sus obras, y nos propuso que fuera sobre Las manzanas del paraíso, cuya producción era muy pero que muy difícil por la trama de la misma y sobre todo por sus escenarios, nada fácil de reproducir.

Así también surgió la idea de hacer un grupo de cine independiente en el que estaríamos los tres y al que se sumarían después otros profesionales, y a la hora del nombre, empezamos a decir lo que se nos ocurría, hasta que el Guille dijo loco de alegría: “lo tengo”. Y cuando le preguntamos nos dijo a rajatablas: “Acoytes”.

-¿Cómo que Acoytes?- le preguntamos Alejandro y yo- ¿Qué quiere decir eso?

- A cojones y a testículos –nos respondió con la más original de sus carcajadas-. Cómo no tendremos de nada para trabajar pues lo haremos a cojones y a testículos –volvió a decir y todos reímos de su ocurrencia.

Y así nació Acoytes, una firma con la que hicimos dos películas: una de Guillermo: el largometraje Los Cuervos, en 2006-2007 y el corto Homoerectus, un año después, y aunque el Guille no pudo sobrevivir al tiempo para hacer los guiones de cine que soñaba, porque murió unos meses después de aquel vídeo arte, el 15 de mayo de 2004, todo lo que hacíamos era en su homenaje.

Por ello ahora me satisface dar a conocer la pequeña historia de esta imagen que ha recorrido el mundo en la Red, a la memoria del Guille.

Ver vídeo arte



sábado, 25 de abril de 2015

Desde niño tuvo inclinaciones por los cuentos, y se la pasaba inventando historias que escribía detrás de sus libretas de la escuela, pero no es hasta que ingresa al Servicio Militar en La Habana, cuando comienza en serio en la literatura, con una visión menos estigmatizada, y con patrones universales que le hicieron descubrir su propio camino, como César Vallejo, Pablo Neruda y Eliseo Diego.

La guerra de Angola sorprende a Carlos Esquivel en plena juventud, y las huellas del desastre marcan sobre todo su mente, porque vive la muerte, la metralla, las desgracias humanas, y en medio de las calamidades y la zozobra que impone un enfrentamiento armado, toma los versos en serio, y aunque desecha muchas cuartillas otras sobreviven el momento y el tiempo, para convertirse en poemas que va moldeando en cada revisión posterior o sobre la marcha, encima de un camión, o dentro de la trinchera, en espera del silbido de los proyectiles de los cañones enemigos.

En Angola, Carlos Esquivel lee en voz alta para sus amigos y otros miembros de la tropa, que se olvidan por momentos de la guerra por la belleza de aquellas palabras que traspasan el umbral del espíritu, y sus textos le sirven no solo para crecer como poeta, porque lo impulsan a cumplir con éxito cada misión del mando superior, y es condecorado por servicios distinguidos y gana algunos premios convocados por la Misión Militar Cubana.

Así pasaron largos años, y llega victorioso a casa, más espigado sobre sus más de seis pies de estatura, y con el corazón dándole vuelcos por la vida, que preserva a fuerza de tesón y de versos, de entereza y valentía, aunque el tiempo y sus desafueros lo marquen para siempre porque la huellas de la guerra no lo abandonarían jamás en su tortuosa vida, llena de espantos y ternuras, de sacudiones e intranquilidad.

Impetuoso y decidido ingresa en un taller literario, y aunque algunos de sus textos sucumben ante los análisis, otros, la mayoría, logran traspasar las miradas escrutadoras y los análisis casuísticos de sus compañeros, que veían y sobre todo sentían, que estaban delante de alguien grande no solo de estatura, sino de espíritu, y al mismo tiempo se involucra en su otra pasión: el cine, para analizar cintas y verter criterios sobre el buen o el mal hacer en el séptimo arte, que lo atrapa como la literatura para no soltarlo más.

Hoy, con el paso del tiempo y las distancias, con las musas despiertas y dormidas, con la vida golpeándole la espalda y la prisa siempre detrás de sus pasos, Carlos Esquivel es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba después de integrar la Asociación Hermanos Saíz, y sus libros asombran y acarician a los lectores que se sienten realizados con sus versos y sus narraciones, y sus premios nacionales e internacionales lo reconocen como el más grande del momento de la poesía tunera, siempre junto a los escritores Guillermo Vidal y Alberto Garrido, una trilogía prominente en sus letras de encanto, y lo conocen personas de Europa y Latinoamérica, y sus versos, cuentos y novelas acompañan a seguidores de Canadá, México, Argentina, España, Puerto Rico, Estados Unidos y Cuba.

Entonces, como para recordar quién es y de dónde viene, siempre, en algún momento de estacionamiento en el camino, se da un baño de luz y recuerda sus primeros poemas de finales de los años 80 del pasado siglo, y se mira a sí mismo y desdeña todo orgullo, porque viene de la guerra y la paz, de la nada y del todo, con los pies puestos en la tierra que le acaricia los pasos, y sin ufanarse por su magia para enamorar a quienes lo leen.

Por el contrario, sigue Esquivel siendo el mismo muchacho, un poco más grande, que partió a Angola y compartió la trinchera por un mundo mejor, y maneja la angustia del precio de ser él mismo, al decir de Silvio, y trastoca lo malo en bueno, y supera la desidia y los malos ojos, y se levanta con su voz despierta y sus versos afilados, para poner en alto la literatura de la provincia de Las Tunas y de Cuba, sin proponérselo, porque solo sabe que es mortal y que los mortales sucumben un día, y de ahí la necesidad de vivir su tiempo y sus espacios con el alma abarrotada de sueños y placeres, sinsabores y encontronazos, amores contentos y amores destrozados, porque el azar marca al poeta y su vida, siempre incompleta, siempre perdurable.


domingo, 19 de abril de 2015

Los periodistas de la oriental provincia de Las Tunas son protagonistas en las elecciones parciales que se desarrollan hoy domingo en Cuba toda, y llevan los detalles de tan importante acto a todas las plataformas para informar al mundo.

En la ciudad capital de la provincia un equipo de trabajo recorre los colegios electorales para conocer de primera mano cómo se desarrollan los comicios y trasmitir para las audiencias la transparencia de este vital proceso.









sábado, 18 de abril de 2015

Tiempo21/Foto Angeluis.
Pocas ciudades de Cuba tienen el privilegio de contar con un escritor como Alberto Garrido, no solo por sus relevantes resultados en el mundo de la narrativa y la poesía, sino por todo lo que le ha aportado a la provincia de Las Tunas desde su posición como editor de la Casa Sanlope, y por lo que representa para los demás colegas del territorio, que se miran en su espejo y lo observan con el orgullo a flor de piel.

Y si aseguro que Las Tunas se privilegia con Garrido lo es más cuando en una misma época él coincidió en la narrativa y en su vida con Guillermo Vidal, y es hasta más seguro que pocas ciudades de Cuba cuentan con un dúo que supo revolucionar la literatura parabién de la cultura nacional.

Porque Garrido, como en vida Guillermo, es de esos hombres que impresionan con su sola presencia, sin contar que para cualquier interlocutor es su verbo amplio y sabichoso una suerte de diálogo con la propia literatura, y con su andar despacio, como asegurándose siempre de pisar tierra firme, ha sido una de las mejores figuras con que ha contado la ciudad en muchos años.

Cuando llegó aquí, Garrido acababa de salir de la adolescencia, y venía cargado de sueños de su Santiago de Cuba, de su egreso del Instituto Superior Pedagógico, y aquella suerte de que el muchacho llegara a esta ciudad, nunca pasó inadvertida, porque su talento sobresalía por encima de su ropa, aunque siempre fue el maestro Guillermo Vidal, más viejo que él y mucho más maduro en los quehaceres literarios, quien vislumbró su futura carrera y no se cansaba de afirmar en los círculos de amigos o literarios, que había que seguir de cerca a aquel muchacho de rostro imberbe, acabado de llegar de la Cuna de la Revolución, la rebelde y hospitalaria Santiago de Cuba.

Así, con su modestia siempre por delante, con su juicio sólido ante los más variados temas, con su aguda mirada para los quehaceres literarios, y sobre todo, con su afilada pluma para hacer que nazcan prosa y versos, el muchacho santiaguero comenzó a convertirse en tunero y nunca más se marchó de la ciudad que lo acogió como uno de sus mejores hijos, y comenzó a triunfar en la narrativa y la poesía, con su verbo cortante y capaz de trasladar al lector hasta las escenas que creaba, hasta que un día, un libro titulado El muro de las lamentaciones se alzó sin remedio con el Premio Casa de las Américas, por encima de más de 100 obras de Latinoamérica toda, y Garrido casi toca el cielo, aunque no se envaneció por ello, y por el contrario, siguió con su sencilla manera de ser para ganar más adeptos.

Ahora que hace unos años trabaja en República Dominicana, no deja de pensar en Las Tunas primero que en Santiago, y en su casa cierra los ojos y se traslada acá, y siempre que tiene un tiempecito se llega hasta esta ciudad, para desconectar tensiones, como él mismo dice, aunque asegura que él solo está un poco más allá de su Santiago natal, porque son muchas las coincidencias entre cubanos y dominicanos, por lo que cree en la prolongación de su país un poco más al este.

Y estando aquí, como ahora mismo, pasea por las calles de su ciudad, y la gente y los amigos lo paran y hablan sin parar, y le preguntan por la familia, por sus libros, por sus planes, y lo invitan a sentarse, y él, siempre con su tiempo demasiado libre cuando está aquí porque a eso viene, se sienta y habla, y se ríe y goza con su pueblo que lo admira y lo quiere, y que se entera rápidamente de su presencia porque la noticia de que está aquí corre por doquier.

De ahí el orgullo recíproco de él con su ciudad y su gente, el amor que pactó con esta tierra desde hace 26 años, cuando llegó con su pelo negrísimo y su rostro sin barba y sus sueños acumulados y esperanzadores hacia lo más alto de la literatura, para decir como ahora cuando se detiene y con la vista recorre la ciudad y expresa bajo pero a todo pulmón: ¡Qué bien me siento aquí! Y echa a andar nuevamente por sus calles y con su gente hasta que se pierde entre las personas pensando quizás en el próximo poema o en la última idea del cuento o la novela que escribe para, sin proponérselo, seguir siendo grande y para coger un aire de luz.


A Ado Sanz lo conocí personalmente en el pasado Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, cuando en un momento de receso coincidimos y hablamos un momento.

Me llamó la atención que era un hombre blanco y sin embargo en la televisión se veía más trigueño. Se lo comenté y no le encontramos explicación.

En los pases de Santiago de Cuba a la revista Buenos días, siempre me impresionaba su forma de conducir, con una gran naturalidad y vastos conocimientos de lo que decía, pero sobre todo, su gran capacidad para comunicar y su elegancia al vestir.

Después dejé de ver la revista de la mañana y lo veía en una que otra ocasión y siempre me llamaba la atención su profesionalidad, que desbordaba en un programa televisivo sobre temas de gran interés para la población, del cual vi un fragmento y sus dotes como comunicador le daban un toque de distinción al espacio.

Ahora Ado Sanz se ha ido, sin previo aviso, de repente, en la flor de sus 49 años acabados de cumplir el día antes de su partida, y sin conocerlo apenas, sin seguir su trabajo de forma sistemática, he sentido un dolor y una tristeza inmensos, porque un hombre bueno y querido parte, con una impresionante despedida de su pueblo, que desde ya lo añora.


jueves, 16 de abril de 2015

ACN/ Foto Yaciel Peña de la Peña.
El Primer Vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, destacó hoy en la oriental provincia de Las Tunas, que desarrollar las estrategias de comunicación que incluyan el conocimiento de la historia, nuestras verdades, las razones de la Revolución y todo lo que no puede ser olvidado, es una de las prioridades de la comunicación social de estos tiempos.

Al dialogar con directivos del Partido Comunista de Cuba, del Gobierno, profesionales de los medios de comunicación masiva en Las Tunas, en el marco de la presentación de la estrategia de comunicación de la Asamblea provincial del Poder Popular en el territorio, Díaz-Canel señaló que es vital el trabajo con los públicos internos en todos los escenarios, pues son quienes deben actuar con la población a los diferentes niveles, para que fluya la información hacia todas las esferas de la vida.

Después de asegurar que todos los organismos deben contar con sus estrategias comunicativas, el también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, dijo que es preciso orientar a la población de lo que demanda el día a día, con una correcta relación de la agenda mediática con la agenda pública, analizar la información que llegue del pueblo para encaminar el trabajo hacia ello, lo cual solo se logra con estrategias concretas y bien orientadas.

Generar contenidos para darle respuesta a las preocupaciones de la población es una prioridad insoslayable de los medios y los diferentes niveles de gobierno, con el diseño de los contenidos en los diferentes soportes de la comunicación, distribuirlos y evaluar su impacto en la sociedad, indicó el Primer Vicepresidente de Cuba.

Aseguró que hoy estar presentes en los medios tradicionales y en las redes sociales es un deber de las diferentes instituciones para acabar con los vacíos informativos, y socializar toda la información en escuelas, laboratorios, salas de navegación, para llegar a todos los públicos que muchas veces no leen la prensa, escuchan la radio o ven la televisión.

En la actualidad toda la comunicación tiene que tener una salida audiovisual para llegarle a las audiencias, y es necesario eliminar las vulgaridades de la televisión y darle a los jóvenes productos de alta factura estética, aseguró Díaz-Canel.

El Primer Vicepresidente cubano también  se reunió con profesores y directivos de la Universidad Lenin y la de Ciencias Pedagógicas con vistas a su integración, que debe concretarse en septiembre próximo, lo cual marcha satisfactoriamente y se coincide en su factibilidad.

Díaz Canel también visitó el central Majibacoa que este miércoles cumplió su plan de producción de azúcar e intercambió con los trabajadores y directivos, quienes le explicaron detalles sobre los principales indicadores del ingenio, a quienes exhortó a seguir trabajando para que la provincia cumpla su plan de producción de azúcar.

domingo, 12 de abril de 2015

No hay nada más bello que un poema, ni siquiera una mujer desnuda.

En eso pienso cuando leo los Poemas necesarios seleccionados y prologados por el reconocido escritor Antonio Guitérrez Rodríguez, que ha tenido la brillante idea de reunir en un texto útil, aquellos versos de poetas tuneros que le cantan al amor en sus más disímiles facetas: a la pareja, la madre, el padre, o como dice el propio autor, poemas que sirven para besar la mejilla, para enamorar, felicitar o emprender vuelo mediante una tarjeta de fin de año.

“La poesía toda es necesaria para la vida; en momentos difíciles salvan el espíritu y en los buenos alimenta”, expresa en el prólogo Gutiérrez Rodríguez con esa prosa que solo los poetas pueden lograr.

Y es muy cierto. Porque a medida que el lector se adentra en el texto comprende mejor el porqué Henry Rodríguez Borjas no sabe adónde ir si sus pasos lo llevan a las orillas de la amada, o cómo la bella y talentosa Yelaine Martínez Herrera afirma que un corazón peregrino vale más que los diamantes y pide un beso sin ser beso, en la orgía de dos bocas que matan y consuelan; o que Lucy Maestre se consume en la fiebre y la osadía mientras sigue en el fuego todavía herida por el sexo y envuelta en el alud de unas caderas.

Gozo es saber que Odalys Leyva sueña con desiertos y una habitación rodeada de montañas con un hombre disperso en sus caderas; o escuchar a Reyna Esperanza Cruz ofreciendo la flor de la ternura y la esperanza de un año que comienza  como otro puente a una vida; o al propio autor Antonio Gutiérrez gritando la necesidad de nadar en la ternura de unas aguas, caminando dentro del orgasmo de una mujer, sombra y luz, oráculo del misterio.

Poemas necesarios de Renael González diciéndole a su madre anciana pequeña mariposa en la cocina, con una lucecita de amor en sus pupilas grises que hondo germina, al tiempo que el padre prende su tabaco en una brasa y al trabajo con prisa se encamina; y de Waldo González López con las ansias de que siembren en su pecho un lucero para que nazcan sus madrugadas; o Aleido Rodríguez Cabrera con Macondo cumplido bajo la lluvia, la soledad de vivir en un siglo así.

Con este libro me viene a la mente aquel pensamiento de Wichy Nogueras: “¿y si la poesía se valiera del poeta como el hombre madrugador del café para despertarse?; aunque en este caso, la poesía despertaría con el poeta para ponerse a soñar”. Y como casi siempre, el gran Wichy el rojo tenía razón, porque es un libro para ponerse a soñar, bello regalo de Antonio Gutiérrez y de la Editorial Sanlope, de la provincia de Las Tunas, que reúne a nueve autores tuneros para alegrar el espíritu con versos que se incrustan en las carnes.

Lo más prudente de un poeta –y vuelvo a parafrasear a Wichy- es escribir sin averiguar demasiado. Aunque en este caso, digo yo, el lector seguramente averiguará mucho más de estos autores que nos acarician con sus poemas necesarios.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

sábado, 11 de abril de 2015

El Cristo de La Habana es una de las obras escultóricas más bellas de Cuba, y desde la loma de San Carlos de La Cabaña parece escudriñar el horizonte para ver cada parte de la capital cubana, y bahía por medio, su figura imponente traspasa los umbrales de cada mirada.

Es esta la obra cumbre de la escultora pinareña Jilma Madera, inaugurada el el 24 de diciembre de MIL 958.

Este monumento cuenta con 67 piezas sujetas por un armazón interior de acero y pesa 320 toneladas, con 17 metros de altura y tres de pedestal, y por la elevación en que está enclavado se alza a unos 80 metros sobre el nivel del mar.

Mirando siempre hacia el oeste de La Habana, El Cristo aparece de pie, con una mano en el pecho y la otra levantada en actitud de bendecir.

Para la construcción de la colosal obra se libró una convocatoria para el concurso, y Jilma Madera presentó su boceto, tal y como lo había hecho en otras oportunidades, pero esta vez resultó ganadora.

Después de ganar el derecho de levantar la obra la escultora se fue hasta Carrara, Italia, porque en esa región del sur de la península itálica posee el mejor mármol del mundo, por lo que Jilma talló su obra allá.

Algo significativo que se propuso la autora fue apartarse de la imagen cotidiana de Cristo, y se alejó de la debilidad que aparentaba en cuadros y obras anteriores. Basada en el pensamiento del Héroe Nacional de Cuba José Martí sobre los pobres de la tierra, le dio a la figura la austeridad, el amor y la fuerza para acercarse a aquel pensamiento del llamado Apóstol de la independencia de Cuba.

El Cristo de La Habana ha devenido uno de los símbolos de la capital cubana y con esta obra Jilma Madera ganó un espacio importante en la historia de las artes plásticas de Cuba.


Tiempo21/Foto Angeluis
La Feria del Libro de Las Tunas en su versión del 2015, fue un éxito para algunos y un fracaso para otros, siempre en dependencia del termómetro con que se mida, y teniendo en cuenta que es la primera vez que se desarrolla con una autonomía que nunca antes había tenido, y por tanto, una opción única que no se podía desaprovechar.

Si se tiene en cuenta que la Feria de Las Tunas no compitió en el tiempo con ninguna otra, como pasaba anteriormente, nada justifica que no estuvieran aquí Olga Portuondo Zúñiga y Leonardo Acosta Sánchez, a quienes les rendirían homenajes especiales, y otras personalidades que le hubiesen dado brillo al evento como Jesús David Curbelo y Francisco López Sacha, quienes no contaron con el transporte que debía garantizar la Dirección de Cultura para su traslado a la provincia, ni que llegara hasta acá ninguno de los directivos principales del Ministerio de Cultura, otras destacadas figuras de editoriales y otros escritores de renombre.

Algo nefasto que empañó la imagen de esta Feria fue la no presentación como estaba en programa del libro Madame la gorda, de María Liliana Celorrio, porque los textos estaban en el almacén de la Editorial Sanlope y nunca apareció la llave del local para llevarlos al lugar donde esperaban la autora y el público, lo cual pasó con las más grandes de las penas, pero sin pena para los organizadores, que impávidos, ni se inmutaron por el fiasco, algo inédito en cualquier evento.

Tampoco tiene justificación la poca atención que recibieron las libreras, actoras decisivas de los éxitos de la Feria con los lectores, ni las pequeñas carpas que eran insuficientes para guarecerse del fuerte sol de cada día, entre otras debilidades que ni vale la pena mencionar.

Entre lo más sobresaliente está la oferta de títulos y textos para los lectores, la especial atención para el público infantil, y el baño de poesía que se dio Las Tunas, con recitales poéticos que llenaron los espíritus a partir del homenaje a ese grande de las letras que responde al nombre de Carlos Esquivel, siempre acompañado de sus amigos escritores y lectores que lo honraron como él merece.

De ahí que los problemas organizativos e injustificados no empañaron la esencia de la literatura, la más laureada de la fiesta, porque los escritores se sobrepusieron a las dificultades y desarrollaron con éxitos los paneles teóricos y los otros espacios en que fueron protagonistas junto al público ávido que siempre los siguió.

La Feria de Las Tunas tuvo luces y sombras, aunque en su esencia de cumplió su objetivo supremo:la satisfacción de los lectores y el protagonismo de los escritores asistentes, por lo que es preciso sacar en claro las fallas y debilidades que impidieron un mejor evento, para que en las próximas ediciones todo salga bien, para quedar bien con el público y con los que escriben, en ese binomio eterno que constituyen la razón de ser de estas fiestas.




domingo, 5 de abril de 2015

Alegría en el funeral. (Foto: Ahmed Velázquez).
Para morir siempre hay dinero. Para preservar la vida es mucho más difícil. El ghanés se caracteriza por huirle a los costos de la salud. Los pobres, que representan la mayoría, no piden un crédito ni para salvar a un hijo. Para los de mayores posibilidades lo primero son los negocios.
A diario la situación es dramática en los hospitales atendidos por médicos cubanos. Cuando la madre ve que su hijo pasa demasiado tiempo ingresado, la pregunta es inminente: “¿Se va a morir doctor? Si se va a morir me lo llevo, porque en la casa tengo otros que necesitan el poco dinero para seguir viviendo”.
Entonces los profesionales de la Isla comienzan a persuadir a la madre para que mantenga al pequeño en el hospital pero todo es en vano.
No sucede así en caso de muerte. La familia de esa misma madre que no pide dinero para salvar al hijo solicita un crédito para el funeral, que sí es una obligación.
En ese acto se gastan miles y miles de cedis (la moneda nacional), y toda la familia, en cualquier región que viva, debe aportar para despedir al que se va, en ceremonias que duran cuatro días, sin contar el tiempo que se mantiene el cadáver en refrigeración –a veces pasan meses-, mientras se organizan las honras fúnebres y se reúne el dinero suficiente.
Las tradiciones en Ghana, África subsahariana, son muy respetadas, y nadie osaría quebrantarlas en este país cuya población en su mayoría es cristiana, con asentamientos musulmanes hacia el norte.
Es la fuerza de la costumbre lo que se impone. No importa si alguien se va por falta de dinero. Lo imperdonable es que no se despida con pomposidad y respeto.

sábado, 4 de abril de 2015

Foto: Internet.
Qué te parece mujer, si hoy nos vamos de la mano a pescar el sol de la mañana, a buscar con nuestras vidas esa línea del horizonte que nos hace más reales.

Qué te parece si enfrentamos juntos la caída de la noche, y en la quietud y la penumbra le ponemos nombre al tiempo, buscando entre las sábanas ese aliento que recorre nuestros cuerpos hasta el punto de partida.

Qué te parece si hoy no escuchamos la música habitual, y posamos desnudos sobre la piel despierta, y cruzamos sin prisa las fronteras del sexo, el laberinto de tu imagen, la erección de mi impaciencia.

Qué te parece si hoy nos vestimos de ternura en el apasionado clamor de la esperanza, y después del amor zozobramos hasta el alba y volvemos a pescar el sol de la mañana.

jueves, 2 de abril de 2015

Feria del libro en Las Tunas. (Tiempo21/Foto Angeluis).

Las letras impresas, las carátulas, cuentos, novelas, ensayos y poesía se apoderan de Las Tunas durante cinco días, en los que los jóvenes, niños y adultos enriquecen su espíritu cada vez que encuentran el libro buscado, o aquel otro al que llegan por casualidad.

Es la Feria del libro Cuba 2015 que llega a las ciudades de Las Tunas y Puerto Padre para colmar las expectativas de los amantes de la literatura, muchos de los cuales ahorran durante meses para comprar todo lo que se les antoje.

Es la India el país invitado de honor, y un hijo de esta tierra, el emblemático Carlos Esquivel recibe la honra de su pueblo, que lo admira y lo tiene en el más alto pedestal, por cuanto él es, por derecho propio, el escritor tunero de mayores resultados a nivel nacional e internacional en los últimos tiempos..

Junto a él, los tuneros también rinden homenaje a Olga Portuondo Zúñiga, y Leonardo Acosta, y comparten sus ideas y su admiración por tan ilustres intelectuales.

Son cinco días de intenso quehacer literario, cinco días en que se ofertan más de 500 títulos y más de 80 mil textos, con una amplia variedad de géneros y temáticas para casi todos los gustos.

Resultó emocionante el concierto de versos para Carlos Esquivel por parte de más de una decena de poetas, quienes regalaron su obra al prolífero escritor, que tan alto ha puesto el nombre de Las Tunas con sus poemas y cuentos.

Emocionó un espacio especial dentro de ese recital con los versos de otro grande de Las Tunas, Alberto Garrido, a quien le siguieron los pasos otros poetas como Odalys Leyva, Luis Yuseff, María Liliana Celorrio, Nelton Pérez, Yunier Riquenes, Aleido Rodríguez, y otros que llegaron hasta Las Tunas para sumarse al homenaje.

Esta es una fiesta linda al margen de cualquier detalle, una cita que redunda en el corazón de quienes cada año esperan ese momento para crecer con los textos impresos, porque Las Tunas sigue siendo una plaza fuerte en la literatura, como también lo es en la lectura.


Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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