viernes, 31 de julio de 2015

Las Tunas es una provincia privilegiada en las artes plásticas, al contar con una pintora como Yamila Coma, que derrocha talento en cada trazo de pincel, y sus colores y su mensaje quedan para siempre en la mente del espectador.
Porque es Yamila una de las imprescindibles en la pintura de Las Tunas y Cuba, pues su obra sobrepasa sus ideas llevadas al lienzo, y su acérrima defensa de la mujer la colocan en un merecido lugar en la lucha por la emancipación total de las féminas, que tanto tienen que sobreponerse a prejuicios simulados aun en una sociedad tan justa como la de la Isla.
El rojo, el azul y el verde, como colores primarios en la obra de Yamila, constituyen símbolos no solo de los temas que trata, sino del buen hacer, y con solo mirar uno de sus cuadros el espectador reconoce a la autora, y si no es avezado en su pintura, sí se da cuenta de que está ante alguien que no pierde oportunidad de trasmitir su mensaje de amor y paz, de rebeldía femenina, de mujer plena que disfruta su cuadro hasta el último trazo, porque ya en galería pertenece al público, según sus propias palabras.
Pero no todo el camino ha estado despejado de obstáculos para Yamila, porque algunos la malinterpretan, y lo peor, emiten criterios errados sobre su obra, aunque quizás los que caigan en ello lo hagan por cierto atisbo de inferioridad, o por lo menos, para tratar de demeritar su obra, que se levanta por ella misma, porque es tanta su calidad, tanto en la forma como en el contenido, que nada puede empañarla.
De ahí que Yamila haya tenido que enfrentar con su pincel el propio desbroce se su camino, porque es el pincel su arma, que anima sus deseos y sus metas siempre enaltecedoras, siempre en la lucha por un mundo mejor, en el que la mujer sea plena, feliz, reconocida al margen del machismo tan dañino que corroe a una parte de nuestra sociedad.
Es el Expresionismo su mejor tendencia para comunicar lo que piensa, lo que cree, lo que sustentan sus ideas reveladoras, y a partir de la figura femenina como centro, siempre hace reflexionar con un mensaje contundente, para nada disimulado, porque su mente y sus manos, muestran la coherencia de las grandes exponentes del arte.
Yamila Coma es dueña de un estilo que marca la diferencia, la distingue por sobre los demás, porque nació para el arte, y la pintura se enaltece con sus trazos, y la vida misma acuna sus ideas y sus obras, siempre imperecederas, siempre reveladoras, y de ahí que su nombre se haya inscrito para siempre en la historia de las artes plásticas de su terruño y un poco más allá.

jueves, 30 de julio de 2015

Fotos: Ahmed Velázquez

Mampong Akuapemg es uno de los distritos de la Región Este, a unos 60 kilómetros de Accra, la capital de Ghana, en el África subsahariana.

En un día medio frío vamos al encuentro de los médicos cubanos que allí laboran en el Nissan asignado al jefe de la Brigada. Llegamos a Manfee (uno de los poblados) alrededor de las 11:00 de la  mañana. El viaje ha sido lento, primero porque el tráfico en Accra es infernal y el camino es peligroso, con empinadas lomas y pronunciadas curvas, además de las constantes paradas para tomar fotos. Cuando se va subiendo los oídos zumban; abajo se ve un gran valle que va despidiendo a Accra.

Manfee es uno de los tantos pueblitos con que cuenta Ghana. La casa de los cubanos está a un costado y en ella viven el especialista en Medicina Interna Doris Cala Rodríguez, de Guantánamo; Julia Vancol Naranjo, técnica de laboratorio, de La Habana y Caridad Camacho, licenciada  en Tecnología de la Salud, de Matanzas.

Por la noche, cuando la comida está servida, llega la ambulancia del hospital a buscar a Doris para una urgencia. Todos vamos para el Tetequarshie Memorial Hospital. Se trata de un viejito trabajador del centro, de unos 70 años de edad, con una hiperglicemia. 

Doris lo diagnostica como en coma y pronostica un paro cardíaco. Está en el cuerpo de guardia, con mucha falta de aire. El paro llega y el especialista pide medicamentos que no hay en el hospital. Doris comienza a reanimarlo, pero a los 10 ó 12 minutos el paciente no responde. Todo es inútil.

Cuando regresamos a la casa, la comida no sabe igual. En la mente de todos está el viejito, un hombre bueno que partió sin remedio.

Por la mañana el hospital se nota diferente. Es grande el cariño que sienten los ghaneses por los médicos y técnicos cubanos. Sin ellos el centro  es nada.




Fotos: ACN /Yaciel Peña

La Casa Insólita, de la oriental ciudad de Las Tunas, es un proyecto arquitectónico que muestra fenómenos ópticos y físicos relacionados con la fuerza de gravedad, y aunque alguien no lo crea, allí la gravitación universal parece no cumplirse.

Esta instalación cuenta con cinco cámaras o habitaciones anteriores, cuyos implementos asombran a los espectadores. Así hay una mesa de billar inclinada, el agua que sube por su propio peso, existe una ola que nunca cae y péndulos que reposan inclinados.
Hay un asiento, del que usted no podrá levantarse sin ayuda. Si nadie lo auxilia, no podrá levantarse, lo cual motiva a la risa, pero el protagonista puede reírse, pero siente la incomodidad de que su cuerpo no responda a sus órdenes.
El creador de esta casa es el reconocido arquitecto Domingo Alás, quien no utilizó tecnologías de última generación sino que se las arregló con su ingenio para crear ilusiones ópticas a partir de experimentos físicos.
Domingo logra que los peces naden de forma inclinada, y todo esto tiene como objetivo la recreación de las personas pero a partir de la reflexión sobre la Física acerca de lo que están viendo, y la arquitectura engaña a las personas en la horizontal y la vertical.
Única de su tipo en Cuba la institución cuenta además con espacios para las ofertas gastronómicas y presentaciones artísticas y según el propio Domingo Alás, pudiera estar nominada a ingresar en el registro de los Récords Guinnes.
Según noticias en el mundo existen alrededor de una docena de edificaciones que han sido construidas de forma especial o han sufrido accidentes que permiten apreciar efectos ópticos y físicos, por lo que brindan la sensación de que no se cumplen las leyes universales de gravitación,
Domingo es reconocido por sus proyectos que se basan en la utilización de la Física, la arquitectura y la ingeniería civil, entre los que se destacan la Plaza Martiana, de Las Tunas y el Memorial Caimito de Hanábana, en Matanzas, dedicados José Martí.

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martes, 28 de julio de 2015

El día que los médicos cubanos Tomás Milanés Sánchez y Ernesto Pérez Domínguez se estrenaban en la comunidad de Tumú, Distrito de Sissala, a unos mil 300 kilómetros al norte de Accra, la capital de Ghana, ocurrió un hecho que los conmovió en lo más profundo de sus sentimientos: una niña de tres años llegó al centro en estado crítico, mordida por una serpiente.

La pequeña había sido mordida por una cobra cuatro días antes, y los curanderos del lugar comenzaron a aplicarle tratamientos tradicionales, que nada pudieron hacer contra el potente veneno del reptil.

Beatrice, que era el nombre de la niña, murió sin remedio. Por cada orificio de su pequeño cuerpecito emanaba rauda la sangre. Y así acababa una vida recién comenzada y Ernesto y Tomás tuvieron su bautismo de fuego y enfrentaron una realidad solo conocida por leyendas, películas y alguna bibliografía.

A partir de ese día los galenos coordinaron con los líderes de las comunidades del lugar para informar y convencer de  lo poco efectivo de los tratamientos caseros en estos casos, y la necesidad de acudir con urgencia al hospital.

El trabajo estuvo dirigido también a la parte preventiva y se orientaron medidas de protección para las viviendas y los trabajadores agrícolas, en tanto se creó todo un movimiento encaminado a disminuir el tiempo que media entre la mordedura del reptil y la asistencia médica.

No fue fácil convencer a los nativos sobre esto, pero 11 meses después de aquel fatídico día el panorama era diferente.

En todo ese tiempo las más de 200 personas mordidas por serpientes fueron tratadas por los dos galenos de la provincia de Granma, al oriente de Cuba, y  el 90 por ciento de ellas sobrevivió, éxito que estuvo avalado por un trabajo científico que encabezó el doctor Tomás y que tenía como objetivo fundamental convertirlo en un material imprescindible a la hora de tratar estas urgencias.

Las mordeduras  de serpientes constituyen una de las principales causas de muerte en las comunidades asentadas en las selvas de Ghana, ese país del África subsahariana.

El andar descalzo, la búsqueda de alimentos en los campos y el trabajo en los cultivos, traen como consecuencia que estos reptiles produzcan tantos daños en la poblacion local, aunque los ataques disminuyeron gracias a la labor preventiva de Ernesto y Tomás, dos jóvenes que protagonizaron una verdadera cruzada contra las serpientes.

Ernesto y Tomás son recibidos por Gilbert Badzoe Kanton V, Rey de Tumú. 




lunes, 27 de julio de 2015

Dicen que el edificio se estaba cayendo y por eso lo derribaron.
Yo era un niño y andaba con mi padre –como casi siempre- por el centro de la ciudad de Las Tunas, donde nací y vivo, y mi papá, como chofer de alquiler, tenía su piquera frente al hotel Plaza, en el mismo corazón de la entonces pequeña localidad.

Recuerdo la cantidad de día que pasaron tumbando aquel edificio emblemático, centro de reunión de los tuneros de la época, y recuerdo claramente a pesar de mi cortísima edad, cómo una inmensa grúa, con una inmensa bola de hierro, golpeaba las paredes del edificio, que se negaban a caer, a pesar de «que se estaban cayendo».

Lo cierto es que aún en medio de la difícil tarea lograron barrer con el hotel Plaza, que era un gran centro comercial, con el cine Martí como parte del complejo, y los tuneros nos quedamos sin el emblemático inmueble.

Debe haber sido por el año 1965, cuando yo, de la mano de mi padre, visitaba su piquera y me llevaba para arriba y para abajo, orgulloso él de su pequeño primogénito.

Después en el mismo lugar vacío y de una terrible soledad, comenzaron a hacer una edificación que no tenía ni pie ni cabeza, y los tuneros de entonces le nombraron el Fantomas, por aquella película francesa emblemática cuyas varias partes se pasaban en los cines de estrenos, y el lugar tenía una cafetería y pasadizos que nadie entendía, con bancos a la redonda para sentarse.

El hotel Plaza quedaba al lado de la cafetería La Dichosa, hoy una hamburguesería, justamente donde quedaba la piquera donde trabajan mi papá y Tío Vitico, con aquellos carros americanos –nuevos, claro- que le daban vida a mi ciudad.

No recuerdo mucho de su interior, solo que una o dos veces mi padre me llevó a ver alguna que otra película de entonces.

Hoy, por suerte, y para emendar un poco el error cometido, en el lugar del Plaza se erige la Plaza Martiana, orgullo de mi ciudad y única de su tipo en América Latina, aunque aquel hotel emblemático haya sido insustituible.


domingo, 26 de julio de 2015

Jose Alberto, mi hijo menor, cumple hoy 25 años y definitivamente ya se hizo hombre.

Jose dejó de ser un muchacho y ya en sexto año de Medicina, enrumba su vida hacia la profesión más hermosa, hacia la sensibilidad plena para luchar por los demás.

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, como diría el trovador, y aún es difícil creer que aquel niño que nació ayer ya sea un joven de bien, casi médico, con fundamento y responsabilidad, aunque cuando está junto a Maikel, su hermano mayor, se ríen de todo, de las gracias de uno o de otro, y la casa se revuelve con sus ocurrencias.

Hoy ha sido un día tranquilo, en familia, sin el bullicio de las fiestas que en la calle la gente disfruta.

Junto a su hermano Maikel.
En casa hemos hecho un suculento almuerzo con tamales, la especialidad de la casa, cerdo asado, un kake y helado y sin bebidas alcohólicas, porque, por suerte, mi hogar está libre de la bebedera.

Jose la ha pasado feliz junto a nosotros, su novia y los padres de su novia, y es un orgullo que haya visto la luz del mundo en el Día de la Rebeldía nacional, el 26 de Julio de 1990, justamente cuando Cuba iniciaba un duro período por la historia misma que le ha tocado vivir, aunque para él, siempre es 26, como se dice por acá, y modestamente, siempre ha pasado su cumpleaños feliz, al lado de los que ama y quienes lo amamos. Y eso es lo más importante.


Calle Enramadas de mis sueños.
Santiago de Cuba, la ciudad de mis nostalgias, de mi adolescencia, de mis estudios, de las bellas muchachas que pasaron por mi vida en aquellos años en que solo me importaba la vida, y en algo, mis deberes en el aula.

No es Santiago solo una ciudad heroína; es una urbe hospitalaria, calurosa y acogedora, que te cautiva para siempre y ya no te suelta más, que te lleva por sus lomas arriba o abajo para meterse por tu piel en cada cuadra, en cada casa, en cada parque, en cada esquina.

Ha pasado tiempo de mi partida de la tierra santiaguera, donde viví los tres mejores años de mi adolescencia, estudiando y viviendo a plenitud, y nunca me he adaptado a la idea de su lejana belleza, de sus calles e inmuebles que incitan a caminar y caminar, a pesar de las distancias.

Calvario, San Jerónimo y Enramadas, Calle 6 y el Reparto Santa Bárbara, el preuniversitario Cuqui Bosch y la secundaria básica Rafael María de Mendive; el club 300 y El Baturro, parque Céspedes, el paseo de Martí y Trocha y Calle 100; el Parque San Juan y Vista Alegre, Sueño y el estadio Guillermón Moncada; Ferreiro, Avenida de Garzón, la Central y Plaza Marte; playas Siboney, Mar Verde, Ciudad Mar y Caletón, cine Cuba y teatro Oriente, San Pedro del Mar, Loma de Quintero y su Universidad, son lugares que siempre estaban conmigo y aún desandan mi vida en la distancia.

¿Y mis amigos? ¡Ah, mis amigos! Negros casi todos, blancos los menos: Joel Salas y Ángel Lemes Cuadra, negros casi guardaespaldas, que me llevaban al ferry que servía de club nocturno en la bahía o al Rancho Club buscando El Morro; Maritza Cisneros, amor de mis amores en la casa de la Señora de los perros, en Vista Alegre y en el Parque San Juan, por solo citar a la preferida; y muchos más que siempre llevo conmigo.

Santiago, bella y cautivante Santiago. Ciudad que añoro con el alma en la distancia y la esperanza; que dedicó tres años de sus 500 a mi etapa de crecimiento en todos los sentidos. Hoy la felicito y le recuerdo que la sigo amando como el primer día, cuando llegué sin conocer nada y me enamoró para siempre con su existencia paradisíaca, hasta el fin de los tiempos. 


sábado, 25 de julio de 2015

Después de varios días sin llover, como parte de la intensa y prolongada sequía que afecta a la provincia de Las Tunas, esta tarde un fuerte aguacero se precipitó sobre una buena parte de la capital del territorio, con granizos incluidos durante varios minutos, lo cual agradecieron los tuneros por las difíciles condiciones de vida que impone la falta de agua en los embalses que abastecen a los ocho municipios.

No fueron pocos los muchachos que salieron a bañarse en el aguacero, pero cuando el cielo comenzó a tirar sus «piedras» corrieron despavoridos a guarecerse de aquel «ataque» imprevisto y tempestuoso de San Pedro, que regó de pequeños y hasta medianos cristales de hielo las calles, y los techos de la ciudad de Las Tunas.

Fue una tormenta local severa, apenas con nubes, por lo que fue de improviso, porque el cielo estaba demasiado claro para sospechar algo así, y solo los truenos anunciaban que podía caer la lluvia, siempre bienvenida en las condiciones que imponga la naturaleza, porque sin agua es imposible la vida.

El Departamento de Pronósticos de Las Tunas informó que se trató de una tormenta local severa, los granizos eran del  tamaño de una moneda de cinco centavos, ocurrieron fuertes descargas eléctricas y 20, 5 milímetros de lluvias en tan solo 25 minutos, todo debido al calentamiento diurno, la inestabilidad vespertina y condiciones favorables en la troposfera superior.

Por eso los tuneros agradecieron los granizos y la fuerte lluvia, Y los muchachos, una vez que vieron cesar los granizos, volvieron a la carga para recibir la lluvia en sus cuerpos sedientos, y algunos de los mayores, en los balcones y puertas de sus casas miraron al cielo y dijeron: ¡gracias San Pedro!



viernes, 24 de julio de 2015

Siempre que se hace una historia de las artes plásticas en Las Tunas, hay que mencionar el nombre de Othoniel Morfis Valera, uno de los integrantes de esa especialidad, y no solo por su obra como curador y crítico de arte, sino por su inmensa obra como promotor cultural, en busca de hacer felices a los demás.
Othoniel es artista desde pequeño, desde que era un pionero que no se perdía una actividad cultural y se la pasaba en cuanto acto de creación existía, porque su empeño siempre estaba por encima de todo lo que creía para llevar adelante sus ansias, y su carrera comenzó desde entonces.
Después, ingresó en la universidad para estudiar Historia del Arte, pero una mala pasada lo sacó de su carrera, aunque no desistió de sus sueños, y mantuvo su firmeza para seguir adelante, con la promoción, la curaduría y la crítica, hasta que un día, por sus méritos indiscutibles ingresó a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), y dirigió la Filial de Artistas Plásticos, hasta que el pasado año, la Asamblea de miembros lo designó como vicepresidente del Comité provincial de la organización, una posición desde la que cada día lucha para consolidad la labor de los escritores y artistas de la provincia.
Pero quizás la mayor satisfacción de Othoniel está en el Callejón de la Ceiba, un proyecto comunitario que creó durante un verano y después que acabó la etapa para la cual estaba concebido ni él ni su público quisieron separarse de aquella idea fabulosa, que con el paso del tiempo ha trascendido las fronteras de la provincia y el país.
Quien conozca a Othoniel sabe que es un profesional incansable en su labor, y su amor por la comunidad lo lleva a trabajar día y noche para consolidar todo lo que se propone, y la gente lo admira por lo que hace, porque lo hace bien, con el alma y el corazón, y porque siempre lleva por delante el trabajo de los demás antes que su obra personal.
Es Othoniel una persona admirable. Honesto, sincero, carismático, siempre está donde debe estar, siempre piensa lo que debe pensar por la Uneac y sus integrantes, por la cultura cubana, a la que entrega su vida por amor al arte más que por beneficios económicos o personales, y ahí radica su mayor grandeza.

domingo, 19 de julio de 2015

Hoy es un día en que el orgullo de ser cubano llega al cielo.

Acá, en mi orilla, se celebra el Día de los Niños, y lo más importante no es en modo alguno la cantidad de actividades que se hicieron para los pequeños en Cuba toda, lo más importante y trascendente es que los niños de mi Cuba son felices, y sanos por demás.

En momento en que en el mundo miles de familias sufren por la situación de sus hijos, en plena miseria, o por la prostitución infantil, o por la explotación infantil, o por las drogas, o por las enfermedades curables que se llevan a los pequeños, o por la alta mortalidad de los niños en decenas de países, o..., en Cuba, mi paradigmático país, los infantes lo único que hacen es ser felices porque tienen sus necesidades garantizadas.

Yo solo dejo mi testimonio a través de unas pocas imágenes ( de las miles que he hecho de mis niños) en las que es fácil comprobar lo que digo: felices los niños de mi Cuba, a pesar del bloqueo, del odio, de la desidia y la maldad de algunos, a quienes les duele esa verdad del tamaño del cielo.








sábado, 18 de julio de 2015

La fallecida, sentada como presidiendo la ceremonia.
(Fotos Ahmed Velázquez(.
En el norte de Ghana los funerales son diferentes a lo que se celebran en el sur de ese país del África Subsahariana. La población es mayoritariamente musulmana y las creencias y tradiciones son distintas.

Las ceremonias son brevísimas y los fallecidos no se velan en ataúdes. Cuando alguien muerem durante la noche se hacen disparos como un tipo de arcabuz que suena como un cañón. En la mañana, se construye un pedestal de unos tres metros de alto, en el cual se coloca al fallecido sentado, rodeado de objetos propios de los nativos. A su alrededor se baila, pero con sonidos de marimbas y tambores; los que llegan a rendirle tributo al que se va, le tiran monedas alrededor de la base del pedestal.

Luego de unas pocas horas, a la hora de llevarse al fallecido, los nativos comienzan a romper tinajas y otras vasijas de barro que tiran con fuerza contra el suelo, se llevan al muerto a un lugar al que solo puede ir la familia y se sepulta en tierra pelada, sin ataúd.

Esta imagen fue tomada con teleobjetivo porque nadie podía
acercarse en ese momento.
Después el Rey del lugar recibe a las personalidades que él considere, entre los que siempre están los médicos cubanos, y brinda con *pitó, que se sirve en un pozuelo hecho con la mitad de una calabaza. Entonces los invitados cooperan con la familia del fallecido dándole algún dinero.

Y aquí llega el gran dilema del grupo de periodistas que andábamos por esas tierras rojas que agreden y cautivan, porque el tomar pitó no nos hacía ninguna gracia.

Santana, a mi lado me dice bajito que él no se va a tomar eso, pero si los ghaneses se dan cuenta lo toman como un desaire imperdonable para ellos. Y hay cervezas en la mesa, pero primero hay que tomarse el pitó. «Ve barajándolo poco a poco -le digo como el que no quiere las cosas-, pero mira a ver que no se den cuenta». José Luis ya ha tomado parte de su cuota y hace muecas que trata de disimular; Ahmed, parece muy interesado en la conversación con el jefe de la región.

Finalmente me decido a darme un trago. Cierro los ojos y allá va eso. Y para mi sorpresa no es  tan malo, solo sabe a rayos. Como si fuera medicina, me digo mentalmente y comienzo a vaciar el pozuelo, pero cuando el líquido va llegando al fondo una nata blanca me frena en seco y mi estómago se revuelve.

A los demás les pasa lo mismo. Increíblemente Yánez y Carlos, los dos médicos cubanos que laboraban en el distrito de Lawra, de la Región Norte, se toman aquello como la cosa más rica del mundo y piden más. Después del mal rato, la cerveza Star quita el gusto de la bebida tradicional.

*Pitó: Bebida tradicional del norte de Ghana, hecha con maíz fermentado a sol y sereno, durante varios días en el que las moscas y otros insectos son protagonistas del proceso.

Lea más: África en la memoria: La alegría de morir



Una de las jóvenes más talentosas del periodismo y la realización audiovisual en Las Tunas, lo es sin dudas Menfesí Eversley Silva, una muchacha afro descendiente que cada día trata de mostrar la realidad de su provincia y su país, en el afán de lograr productos comunicativos que fortalezcan la identidad del cubano.

Graduada de Periodismo de la Universidad de Oriente, es esta una joven profesional con una mirada aguda sobre los problemas de nuestros tiempos, que ve en la documentalística a uno de los géneros periodísticos más importantes para descubrir hechos y conductas, que siempre llevan a una reflexión, colectiva más que individual.

El origen anglocaribeño y africano de Menfesí es algo importante en la vida de esta comunicadora, y a partir de las propias enseñanzas de su familia lucha por un mundo mejor, sin exclusiones ni rasgos de racismo.

Nacida por casualidad en Bielorrusia, donde sus padres estudiaban, Menfesí anda por la vida a la caza de un hecho informativo para llevarlo a la pantalla de TunasVisión, un canal que la ha atrapado para siempre, porque aun cuando es atraída por todos los medios de comunicación masiva, en la televisión ha encontrado su espacio más íntimo y placentero para llegar a las audiencias, y por ello se esmera en la eficacia del mensaje.

Nada le es ajeno a esta joven aficionada al deporte, nada pasa inadvertido ante su mirada periodística, y siempre que se propone un producto comunicativo la calidad impera, porque fu afán de hacerlo todo bien la llevan a la cultura del detalle, lo que finalmente agradecen las audiencias.

Para ella como periodista aún existen silencios sobre temas trascendentales para la sociedad cubana, y hacia ahí enfila su mirada y su arte, con esa dosis de amor que siempre imponen las mujeres sensibles ante la vida misma, para al final lograr la complicidad de la audiencia, que reconoce en ella a una de las buenas profesionales de la palabra.


sábado, 4 de julio de 2015

Miguel López Montes, un símbolo de la locución radial en Las Tunas, falleció hoy en esta ciudad como consecuencia de una insuficiencia renal crónica, 

López trabajó en la radio por más de 50 años, primero en Camagüey y luego en Las Tunas, donde echó ancla un buen día de 1962 para formar parte inseparable de este pueblo, acostumbrado a escucharlo en el programa campesino o en los “mexicanos”, como espacios que lo han marcado a él y a miles de oyentes de este territorio.

Sus inicios en la radio datan de antes del triunfo de la Revolución, en 1959, cuando el Padre Chagui era el párroco de la iglesia de La Caridad y tenía un programa en Radio Camagüey y a él le llamaba la atención aquello, y habló con el cura para ver si necesitaba un locutor, y  partir de ahí no pudo separarse más del medio, porque los domingos iba a hacer sus pequeños trabajos como locutor en el programa de El Padre.

Aunque se graduó de mecánico automotor, a López lo que le gustaba era la locución y la siquiatría, pero estaba un poco indeciso porque le gustaba más la locución y en una oportunidad su papá le dijo: «bueno muchachito ¿qué vas a ser, psiquiatra o locutor?». Y él le dijo: «me voy para la locución»

Pero la locución le venía de mucho más atrás… Dicen que se ponía como un loco en el patio con dos latitas conectadas a un hilo en la finca de sus padres, y en las vacaciones y en los momentos después del estudio, cogía un palo y lo pintaba de aluminio, y preparaba una latita preferentemente del talco Mabis, le hacía unos hoyitos, la ponía en el palito con un supuesto cable y cogía periódicos, revistas y se ponía a leer allí. «Y ahora vamos a ofrecer un boletín de noticias», decía en su imaginación,  y la madre lo por la ventana: «muchaaaaaacho ven para acá», y él seguía allí.

Ya en serio comenzó su trabajo en la emisora CMJK, de Camagüey, y allí hizo de todo: comencó de recepcionista, después cobrando anuncios comerciales, y lo ponían a dar la hora y en algún que otro programita musical y se fue metiendo en ese mundo porque lo hacía bien, hasta que en 1959 se evalúo como locutor profesional.

Asì un día llegó a Las Tunas e hizo época con otros buenos locutores del momento, como Cofresí, Urbino, Neydo Arsenio, Oraldo Solís, y más acá en el tiempo Jorge Carbonell, Gerardo Alfonso, entre otros.

Ya jubilado desde hace algunos años, López enfermó y se mantenía vivo con tratamiento de hemodiálisis, y la insuficiencia fue destruyendo su valiosa vida hasta que dejó de existir hoy.
Con su partida, la radio cubana pierde a uno de sus mejores exponentes, a quien por su brillante obra en su profesión el Instituto Cubano de Radio y Televisión le confirieron el título de Artista De mérito de la Radio y la Televisión cubanas.

Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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