Hoy
es un día en que el orgullo de ser cubano llega al cielo.
Acá,
en mi orilla, se celebra el Día de los Niños, y lo más importante no es en
modo alguno la cantidad de actividades que se hicieron para los pequeños en
Cuba toda, lo más importante y trascendente es que los niños de mi Cuba son
felices, y sanos por demás.
En
momento en que en el mundo miles de familias sufren por la situación de sus
hijos, en plena miseria, o por la prostitución infantil, o por la explotación
infantil, o por las drogas, o por las enfermedades curables que se llevan a los pequeños, o por
la alta mortalidad de los niños en decenas de países, o..., en Cuba, mi paradigmático
país, los infantes lo único que hacen es ser felices porque tienen sus
necesidades garantizadas.
Yo
solo dejo mi testimonio a través de unas pocas imágenes ( de las miles que he
hecho de mis niños) en las que es fácil comprobar lo que digo: felices los
niños de mi Cuba, a pesar del bloqueo, del odio, de la desidia y la maldad de
algunos, a quienes les duele esa verdad del tamaño del cielo.
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