jueves, 26 de julio de 2012

Hoy es 26 de julio, y es un día de fiesta en Cuba, mi país, y para mí tiene una doble significación, porque un día como hoy, hace 22 años, nació mi hijo más pequeño, Jose Alberto, una suerte de muchacho que se ha ido de las manos porque hace mucho tiempo que dejó de ser el más chiquito. 

Jose hoy estudia Medicina, y es algo así como el barredor de tristeza de la casa, el ocurrente, el que siempre te sosprende con algo para alegrar a la familia pequeña: María, su mamá, Maikel, su hermano mayor y yo.


Los cuatro vivimos juntos, y para mí siguen siendo mis niños aunque hayan crecido y hagan su vida, porque para los padres al final los hijos no crecen, y aunque sean unos viejos siguen siendo los pequeños de la casa.


En la casa la hemos pasado de manera tranquila, en familia, picamos una panetela, comimos helado de chocolate, nos hicimos fotos, y ahora les regalo una de Jose con su hermano, porque cada año en el cumpleaños de ambos, siempre el hacerles fotos es como un ritual, para captar la imagen del tiempo y del propio instante en que cumplen un año más.


Por eso este día bendigo a Jose Alberto y a mi familia toda, esa que siempre está conmigo, para alegrarme los días y las noches, como una suerte de la vida que me ha regalado un seno en el que cada día vivo plenamente.

sábado, 14 de julio de 2012


           Cuando en la provincia de Las Tunas se habla de la joven generación de los artistas de la plástica, hay que mencionar el nombre de José Manuel Mayo, un pintor que busca en cada trazo una de las razones de su existencia, y la encuentra.

Mayo nació en la ciudad de Las Tunas, al oriente de Cuba, en 1976 y desde muy pequeño sintió una atracción muy grande por las formas y los colores, y hasta se buscaba grande problemas con sus maestros, porque sus libretas mostraban los trazos todavía incoherentes de un futuro pintor.

Y así marchó hacia la Academia, y después de intensos años de estudios egresó un día de 1997 con su título bajo el brazo y la cabeza llena de ideas y colores, que fueron buscando las formas ideales para llevarlas al lienzo.

Entonces comenzó una etapa tan intensa, que a veces se detenía ante el lienzo manchado por sus trazos y pensaba en cómo liberar de una vez toda aquella energía interna que lo invadía, hasta que volvía a tomar su pincel, cual fusil para la batalla, y lo pasaba una y mil veces por aquellas líneas y formas que de su cerebro iban al espacio creado en busca de la comunicación.

Al principio se imponía el arte figurativo, el contemplativo, pero no se conformaba y quería más, y descargaba la academia y el oficio en cada cuadro, hasta que un día descubrió el arte abstracto que lo atrapó para siempre, porque a través del abstraccionismo fluyen mejor sus ideas en temas tan diversos como el pensamiento.

Hoy, 15 años después de su egreso de la Academia, Mayo tiene una impresionante hoja de vida, que abarca casi 80 exposiciones colectivas, personales, bipersonales y eventos, y una docena de importantes premios ganados al calor de una competencia marcada por la calidad de los competidores.

Siempre activo, siempre práctico y soñador, capaz de sacrificarse por los demás más que por él mismo cuando de arte se trata, del talento de Mayo supo durante muchos años la Asociación Hermanos Saíz, y hoy el Comité provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) lo cuenta como vicepresidente de la Filial de Artistas Plásticos, una plaza desde donde se esfuerza cada día en función del desarrollo de las piezas bidimensionales y tridimensionales.

Por eso es que José Manuel Mayo goza de un gran prestigio dentro de un mundo tan complejo como el del arte, porque ha sabido ganárselo a fuerza de voluntad, talento y altruismo, como saben hacerlo quienes siempre tienen la mira puesta en los colores de un sol que nace para todos.

           Cuando en la provincia de Las Tunas se habla de la joven generación de los artistas de la plástica, hay que mencionar el nombre de José Manuel Mayo, un pintor que busca en cada trazo una de las razones de su existencia, y la encuentra.

Mayo nació en la ciudad de Las Tunas, al oriente de Cuba, en 1976 y desde muy pequeño sintió una atracción muy grande por las formas y los colores, y hasta se buscaba grande problemas con sus maestros, porque sus libretas mostraban los trazos todavía incoherentes de un futuro pintor.

Y así marchó hacia la Academia, y después de intensos años de estudios egresó un día de 1997 con su título bajo el brazo y la cabeza llena de ideas y colores, que fueron buscando las formas ideales para llevarlas al lienzo.

Entonces comenzó una etapa tan intensa, que a veces se detenía ante el lienzo manchado por sus trazos y pensaba en cómo liberar de una vez toda aquella energía interna que lo invadía, hasta que volvía a tomar su pincel, cual fusil para la batalla, y lo pasaba una y mil veces por aquellas líneas y formas que de su cerebro iban al espacio creado en busca de la comunicación.

Al principio se imponía el arte figurativo, el contemplativo, pero no se conformaba y quería más, y descargaba la academia y el oficio en cada cuadro, hasta que un día descubrió el arte abstracto que lo atrapó para siempre, porque a través del abstraccionismo fluyen mejor sus ideas en temas tan diversos como el pensamiento.

Hoy, 15 años después de su egreso de la Academia, Mayo tiene una impresionante hoja de vida, que abarca casi 80 exposiciones colectivas, personales, bipersonales y eventos, y una docena de importantes premios ganados al calor de una competencia marcada por la calidad de los competidores.

Siempre activo, siempre práctico y soñador, capaz de sacrificarse por los demás más que por él mismo cuando de arte se trata, del talento de Mayo supo durante muchos años la Asociación Hermanos Saíz, y hoy el Comité provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba lo cuenta como vicepresidente de la Filial de Artistas Plásticos, una plaza desde donde se esfuerza cada día en función del desarrollo de las piezas bidimensionales y tridimensionales.

Por eso es que José Manuel Mayo goza de un gran prestigio dentro de un mundo tan complejo como el del arte, porque ha sabido ganárselo a fuerza de voluntad, talento y altruismo, como saben hacerlo quienes siempre tienen la mira puesta en los colores de un sol que nace para todos.


viernes, 13 de julio de 2012


Hace solo unas horas participé como jurado de Periodismo Hipermedia en el Concurso Nacional de Periodismo 26 de Julio, el más importante que convoca la Unión de Periodistas de Cuba para los profesionales del sector.

Fue una experiencia muy provechosa (superior a la del 2008 cuando también integré el jurado) no solo por el tiempo pasado, sino por los avances de este tipo de periodismo y la participación de buenos profesionales que demostraron cuánto se han superado en el nuevo medio, aun cuando queda mucho por hacer.

Para satisfacción mía –y del jurado-, el premio lo obtuvo Adonis Subí Lamí (ganador también del pasado año), con un producto multimedia muy completo titulado OEA: tres vocales peligrosas, en el que el periodista de la provincia de Cienfuegos muestra la tenebrosa hoja de servicio de la Organización de Estados Americanos en su carrera llena de asesinatos y atropellos con muchos países.

En este trabajo, se tuvo en cuenta la complejidad y el valor documental que logra en su conjunto, por la calidad, actualidad y pertinencia de la información textual y gráfica que ofrece, y el uso intencionado de los recursos que distinguen a la Web.

Debo decir que en lo personal Adonis es mi amigo y trabajamos juntos durante varios años, en los que pude aprender de él muchos de los secretos de la Web, porque en materia de Internet muestra sus dotes de experto y de profesor y logramos un equipo en el que ambos aprendíamos el uno del otro, en debates largos durante nuestras reuniones de trabajo o los cursos que impartíamos en no pocas emisoras del país.

También fue muy reconfortante y provechoso sacar experiencias de mis compañeros del jurado, los periodistas Edda Diz Garcés, Danae Ayús, Javier Sanzo y Belkis Pérez Cruz, que intercambiamos muchas ideas –sobre todo renovadoras- sobre el Periodismo Hipermedia, tan nuevo no solo en Cuba, sino en el mundo.

Así que sirvan estas líneas de homenaje a mi amigo y a todos los que con sus brillantes obras participaron en el concurso, que demostró el buen camino que transitamos quienes nos dedicamos al Periodismo Hipermedia.


Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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