sábado, 4 de julio de 2015

Miguel López Montes, un símbolo de la locución radial en Las Tunas, falleció hoy en esta ciudad como consecuencia de una insuficiencia renal crónica, 

López trabajó en la radio por más de 50 años, primero en Camagüey y luego en Las Tunas, donde echó ancla un buen día de 1962 para formar parte inseparable de este pueblo, acostumbrado a escucharlo en el programa campesino o en los “mexicanos”, como espacios que lo han marcado a él y a miles de oyentes de este territorio.

Sus inicios en la radio datan de antes del triunfo de la Revolución, en 1959, cuando el Padre Chagui era el párroco de la iglesia de La Caridad y tenía un programa en Radio Camagüey y a él le llamaba la atención aquello, y habló con el cura para ver si necesitaba un locutor, y  partir de ahí no pudo separarse más del medio, porque los domingos iba a hacer sus pequeños trabajos como locutor en el programa de El Padre.

Aunque se graduó de mecánico automotor, a López lo que le gustaba era la locución y la siquiatría, pero estaba un poco indeciso porque le gustaba más la locución y en una oportunidad su papá le dijo: «bueno muchachito ¿qué vas a ser, psiquiatra o locutor?». Y él le dijo: «me voy para la locución»

Pero la locución le venía de mucho más atrás… Dicen que se ponía como un loco en el patio con dos latitas conectadas a un hilo en la finca de sus padres, y en las vacaciones y en los momentos después del estudio, cogía un palo y lo pintaba de aluminio, y preparaba una latita preferentemente del talco Mabis, le hacía unos hoyitos, la ponía en el palito con un supuesto cable y cogía periódicos, revistas y se ponía a leer allí. «Y ahora vamos a ofrecer un boletín de noticias», decía en su imaginación,  y la madre lo por la ventana: «muchaaaaaacho ven para acá», y él seguía allí.

Ya en serio comenzó su trabajo en la emisora CMJK, de Camagüey, y allí hizo de todo: comencó de recepcionista, después cobrando anuncios comerciales, y lo ponían a dar la hora y en algún que otro programita musical y se fue metiendo en ese mundo porque lo hacía bien, hasta que en 1959 se evalúo como locutor profesional.

Asì un día llegó a Las Tunas e hizo época con otros buenos locutores del momento, como Cofresí, Urbino, Neydo Arsenio, Oraldo Solís, y más acá en el tiempo Jorge Carbonell, Gerardo Alfonso, entre otros.

Ya jubilado desde hace algunos años, López enfermó y se mantenía vivo con tratamiento de hemodiálisis, y la insuficiencia fue destruyendo su valiosa vida hasta que dejó de existir hoy.
Con su partida, la radio cubana pierde a uno de sus mejores exponentes, a quien por su brillante obra en su profesión el Instituto Cubano de Radio y Televisión le confirieron el título de Artista De mérito de la Radio y la Televisión cubanas.

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