A
Raciel Ruiz Ponce lo conocí un día cualquiera, cuando me llamó por teléfono a
la casa de parte de mi amigo Alejandro Lora para un "asunto
personal". "¿Puedo ir a verte ahora mismo?" me espetó y salió
corriendo para llegar poco tiempo después, sudoroso y apurado.
Venir de parte de Alejandro es como si fuera de mi propia parte, le dije para conminarlo a que hablara sin rodeos de tan "importante asunto".
Entonces me explicó que era artista de la plástica, que hacía fotografía artística y que andaba buscando una modelo para hacer unos desnudos artísticos para un salón de la Asociación Hermanos Saíz, pero la conversación se centró inmediatamente en la fotografía, como pasión común, y repasamos su historia, desde el daguerrotipo hasta la última Canon y Nikon profesionales, desde la técnica analógica hasta la digital.
Así,
el apuro de Raciel fue quedando a un lado y la conversación abarcó cientos,
miles de imágenes, decenas de conceptos, esclarecimiento de dudas mutuas,
preguntas, sobre el fascinante mundo de la luz, el encuadre, el ángulo y la
composición.
Ya al final, volvió el tema principal de conversación: ¿qué me dijiste de la modelo? Unos días después apareció una de las modelos, y Raciel comenzó a captar imágenes desnudas, atrayentes, cautivantes, a experimentar con la luz, con los ángulos atrevidos y sugerentes, con la piel de la modelo que posaba con la esperanza de ganar espectadores. Y así sucedió.
Y no solo ha ganado a los espectadores, sino a los jurados, como el de la tercera edición del Salón provincial de Arte Erótico, que convoca la Unión deEscritores y Artistas de Cuba en la provincia de Las Tunas, donde vivo, y otros que harían larga la lista.
Ahora
recuerdo algunas de sus mejores obras, como Suspensión y Versus, signadas por lo novedoso en su
tratamiento, en las que la fotografía supera a la pintura, para asombro de
algunos, que aún no creen que la fotografía es una de las bellas artes.
Raciel es graduado de Bibliotecología en la Facultad de Comunicación de la Universidadde La Habana, y de Grabado en la Academia de Artes Plásticas, y además de pintar y grabar, se dedica a la fotografía artística y anda por las calles de La Habana, o quién sabe de qué lugares, en busca del plano que lo haga feliz, de la luz que le dé la magia a una imagen, a través de su creación siempreviva y experimental.
Venir de parte de Alejandro es como si fuera de mi propia parte, le dije para conminarlo a que hablara sin rodeos de tan "importante asunto".
Entonces me explicó que era artista de la plástica, que hacía fotografía artística y que andaba buscando una modelo para hacer unos desnudos artísticos para un salón de la Asociación Hermanos Saíz, pero la conversación se centró inmediatamente en la fotografía, como pasión común, y repasamos su historia, desde el daguerrotipo hasta la última Canon y Nikon profesionales, desde la técnica analógica hasta la digital.

Ya al final, volvió el tema principal de conversación: ¿qué me dijiste de la modelo? Unos días después apareció una de las modelos, y Raciel comenzó a captar imágenes desnudas, atrayentes, cautivantes, a experimentar con la luz, con los ángulos atrevidos y sugerentes, con la piel de la modelo que posaba con la esperanza de ganar espectadores. Y así sucedió.
Y no solo ha ganado a los espectadores, sino a los jurados, como el de la tercera edición del Salón provincial de Arte Erótico, que convoca la Unión deEscritores y Artistas de Cuba en la provincia de Las Tunas, donde vivo, y otros que harían larga la lista.

Raciel es graduado de Bibliotecología en la Facultad de Comunicación de la Universidadde La Habana, y de Grabado en la Academia de Artes Plásticas, y además de pintar y grabar, se dedica a la fotografía artística y anda por las calles de La Habana, o quién sabe de qué lugares, en busca del plano que lo haga feliz, de la luz que le dé la magia a una imagen, a través de su creación siempreviva y experimental.
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