martes, 10 de enero de 2017

Médico de la salsa... Ni médico, ni músico ni salsa.
Los mediocres nunca saldrán de esa categoría.

Y el llamado Manolín, que no es ni médico ni músico se la pasa agrediendo al país que lo formó en todos los sentidos, porque si hubiese nacido en Miami, por ejemplo, no habría llegado ni a la secundaria. Y todo por su eterna e inconfundible mediocridad como ser humano.

Desde que se fue de Cuba, donde llegó a ser "alguien" por las bondades de mi país, se la ha pasado hablando mal de todos allá, resentimiento tras resentimiento.

Por suerte, nadie la hace caso a sus huecas palabras, a sus endebles insultos. 

Los resentidos siempre serán resentidos, y en la Cuba de Fidel Castro, el músico de más baja categoría es mejor que él, que de músico nada.


¿Por qué no se dedica a tratar de ser alguien en la vida (categoría a la que todavía no ha llegado y dudo que llegue) y se olvide de quienes hemos preferido quedarnos en la Isla?

¿Es tan difícil? Bueno creo que sí, porque la mediocridad es una categoría eterna, y él, eterno mediocre, nunca podrá salir de ese estatus, sencillamente porque no tiene materia gris para ello.


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Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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