viernes, 12 de julio de 2013



Las mujeres son seres extraordinarios en toda la magnitud de la palabra. Hay un criterio generalizado de que son el sexo débil, pero nada más alejado de la verdad.

Una mujer siempre es centro de atención en cualquier contexto. Basta que llegue a un lugar para que todos (mujeres incluidas), la miren aunque sea un instante. Y no porque sea más linda o más fea, aunque si es linda físicamente hablando, la atención es mayor, porque su naturaleza de ser extraordinario no da margen a que sea diferente.

En cualquier actividad o profesión, la mujer es más eficiente que el hombre, lo cual está dado, quizás, en que se entregan por completo a lo que hacen. Y si es en el amor, entonces son las más amorosas, las más cariñosas, las que más miman, las que más…

Hay una sentencia del Héroe Nacional de Cuba, José Martí que reza: “Dícese mujer y se adivinan ternuras, abnegaciones, divinas locuras y promesas”, y creo que no hay pensamiento que retrate tanto a una mujer como lo hizo el más universal de los cubanos, pensamiento que solo se compara con otro de él mismo: “Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre."

Esta es una pequeña historia en la que el protagonismo de mujer está en las más sencillas actividades de la vida diaria: hablando por teléfono, en la fiesta de la lectura, en los quehaceres del hogar, en sus responsabilidades como madre, en una reunión, en la música, o en cualquier lugar común de los simples mortales de esta tierra.















0 comentarios:

Publicar un comentario

Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

Archivo del blog

Con la tecnología de Blogger.

Followers

Vistas de página en total

Ads 468x60px

Featured Posts

Entradas populares