El décimo
cuarto Salón Provincial de Instructores de Arte abierto en el lobby del Teatro
Tunas, de la ciudad de Las Tunas, es una invitación al buen hacer de un grupo
de jóvenes que hacen suyo el arte para comunicar sus ideas y conceptos a través
de los tiempos que vivimos.
Estos
jóvenes profesionales dejan su impronta con más de una veintena de obras que
sobresalen por el gusto estético, entre las que sobresalen Secuelas del
paraíso, de Leandro Pérez Figueredo, que resultó la obra laureada con el primer
premio del salón, El repartidor de sueños, de Dannier Viamonte Pupo y La imagen
muy dentro de mí, de Misleydis Quesada Otero, que obtuvieron el segundo y
tercer lugar.
Las obras
representan varios temas, con técnicas como la cerámica, policromada, el
acrílico y óleo sobre lienzo, fotografías, plumilla sobre cartulina, papier
maché, acrílico sobre tela, hasta el arte digital, con un discurso distintivo
lleno de códigos expresivos.
El Salón
Provincial de Instructores de Arte representa un espacio ideal para los jóvenes
profesionales, que forman parte de la Brigada José Martí, quienes pueden
mostrar su creación más allá de la docencia, en las escuelas y los centros a los que están vinculados.
No importa
cuánto deben hacer en función de los demás, no importa las horas frente a
alumnos con explicaciones demostrativas sobre las distintas expresiones de las
artes plásticas, ahora se trata de un público diferente, que se enfrenta a cada
obra en busca de una lectura que lo haga comprender un mensaje codificado,
lleno de símbolos que llegan a la mente y traspasan los umbrales de la
conciencia para acomodarse en las emociones.
Ahora, con
las obras de este salón, los instructores de arte demuestran que hay algo más
que una forma de enseñar, porque los códigos expresivos de las artes visuales
ayudan a comprender la vida en una instante determinado, siempre con las ansias
de llegar al espectador con un mensaje que lo haga feliz.
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