La
vida y la obra de Liusan Cabrera se torna imprescindible en el desarrollo de
las artes plásticas de la provincia de Las Tunas.
Joven
inquieto, lleno de talento y una naturalidad asombrosa para encarnar temas
polémicos como el mismo arte, en sus pinturas se nota ese toque de distinción
que a través del pincel, la espátula o el lápiz, expresa sus sentimientos para
un público que lo puede comprender o no, pero que busca en su obra lo que pueda
hacer feliz a los demás.
Liusan
lleva 15 años pintando, 15 largos años egresado de la Academia profesional de
Artes Plásticas, con una obra que abarca más de 65 exposiciones personales y
colectivas, en las que siempre sus cuadros han sido de los más visitados, tanto
por los temas como por su forma de interpretar los mensajes para trasmitirlos
al público.
Ahora
él es uno de los artistas que tratan de llevar adelante el Centro de desarrollo
de las Artes visuales, una institución que se ha quedado un poco empantanada
por falta de apoyo institucional, y el grupo de artistas que en él trabajan hacen
de todo para no quedarse atrás y transitar con acierto el camino escogido, y
Liusan es uno de los que marchan a la vanguardia.
Docente
por naturaleza, este joven se integra a la enseñanza artística como profesor de
Taller de Artes Plásticas en la Escuela de Instructores de Arte Rita Longa y
desde esa posición que disfruta enseña todo lo que sabe, y goza cuando ve a sus
alumnos progresar en sus empeños y sufre por el cierre de la Academia de Las
Tunas, pero no se empobrece su espíritu, y por el contrario busca las formas de
aportar sus conocimientos.
Conquistador
de un público que lo sigue y lo admira no solo por sus propuestas, sino por su
sencillez como persona, Liusan hace que del óleo sobre lienzo emerjan con coherencia y atractivos sus fábulas y
enseñanzas, sus conceptos sobre la vida y la gente, a partir de un insecto, un
animal o cualquier otra figura que puede semejar a los humanos, como símbolos
que evocan sus preceptos en busca de lo universal, lo particular y la esencia
de lo que quiere expresar.
Las percepciones de Liusan con claras para el público,
que puede interpretar el mensaje de diferentes maneras, pero casi siempre muy
cerca de la línea verdadera de su mundo y el mundo de los demás, y de ahí su
éxito entre pinceles y lienzos, espátulas y óleos en blanco, que van ocupando
sus formas espaciales a partir de un Minimalismo impactante, en el que los
colores, pocos siempre, dejan escuchar su canto para acercarse a la felicidad
del artista y sus espectadores.
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