Cuando en la provincia de Las Tunas se habla de buenos decimistas, el nombre de Argel Fernández Granados
emerge con fuerza hacia lo más alto, porque con voluntad y talento, sus versos
se imponen en una forma poética que clasifica como una de las más difíciles, a
pesar de quienes la desdeñan.
Argel es un
poeta natural, formado en los talleres literarios, aun en medio de tropezones
que una vez casi lo hacen desistir de ser escritor, porque sus compañeros
talleristas se ensañaban con sus textos, pero solo con el objetivo de que
aprendiera la técnica, porque la madera la poseía, solo que era necesario
pulirla.
Desde
pequeño se la pasaba inventando historias entre los buenos y los malos, y así creció
y se formó como narrador y poeta, como escritor, como él mismo se caracteriza,
y hoy sus textos, inéditos en su mayoría, se codean entre los mejores de la
provincia, y él, con su parsimonia a cuestas, aprende y escribe, con el único
afán se soltar todo los sentimientos que lleva consigo.
Es este un hombre
que le debe lo que es a su familia, humilde y apegada a las raíces campesinas,
los guateques y las décimas improvisadas, y de ahí su fortaleza, porque creció
rodeado no solo de campiña, sino de la cultura más autóctona de su país, y eso
es medular para el crecimiento de cualquier decimista, narrador, escritor.
Por ello
esta provincia le da gracias a la vida por contar con un escritor de la talla
de Argel, siempre presto para hacer que nazca un verso que le dé vida a una
décima, un soneto, un poema en versos libres, o un cuento, porque él nació para
escribir y la vida lo incita cada día a ello, cuando le presenta sus detalles
bellos, los cuales él siempre aprovecha para lograr la felicidad de los demás,
que disfrutan sin freno todo cuánto escribe, parabién de la cultura.
Así es. Argel es un excelente poeta.
ResponderEliminar