Nuevamente el destacado artista de la plástica Miguel Mastrapa llega de Galicia
a Las Tunas, su ciudad natal, para mostrar al público una nueva propuesta de sus
fotografías manipuladas, en las que el espectador deleita su imaginación
tratando de entender el trasfondo de cada imagen, cuyo abstraccionismo es
siempre un desafío para la mente.
Con el
simple título de Mastrapa expone, el
artista le da continuidad a un proyecto que comenzó hace 20 años, en el que
sigue hurgando en los entresijos de la abstracción, siempre a partir de varias
interrogantes sobre el papel del arte visto desde una perspectiva más científica
en el desarrollo del proceso creativo humano, según afirma el propio autor en
el catálogo de la exposición.
Virtual 1, nombre de la primera propuesta que
vio la luz en la galería Espacio 21, del Centro de desarrollo de las artes
visuales de La Habana, hoy vuelve a cobrar vida en esta continuación, en la
misma galería de la sede de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba en Las Tunas, que lo vio nacer como artista,
y a la que le tiene un especial cariño a pesar de radicar desde hace varios
años en España.
Mastrapa
intenta apartarse de la cuestión literal representativa de sujetos y objetos, y
se propone ir más a la parte de la naturaleza del individuo, cómo funciona el
color, las formas, las texturas, en el interior de las personas, o sea, cómo el
espectador es capaz de recepcionar cada cuadro, y sacarle producto a esa forma.
“Es la
manera más clara de que el individuo sea libre, de él mismo pueda convertirse
en un creador, pues el soporte más importante de una obra de arte es el
individuo y no el material en el que está la pintura o la escultura, pues es
quien hace una lectura y saca una experiencia”, asegura.
Las piezas
que conforman la exposición actúan como sensores, como activadores de mecanismos
que llegan al cerebro –confiesa-, porque el color trasmite una señal que el
cerebro codifica y lo guarda para decodificar otros mensajes, y en ese sentido
trata de democratizar el arte, como elementos que le han permitido buscar
códigos más efectivos en el espectador.
Al no
intentar contar ni explicar ninguna historia, la exposición carece de temas, que
son puestos por el propio espectador, cuando es capaz a través de una mancha,
una textura o de una forma, crear una imagen con su propio tema a partir del
propio concepto del autor de no manipular ni llevar por algún camino, algo a lo
que siempre le huye porque le gusta la libertad de quienes aprecian su obra.
La exposición
se sustenta en fotografías creadas, pues el autor se apodera de las texturas y
formas que aparecen de forma caprichosa o inesperada, de las cuales se apodera
y las manipula hasta lograr el abstraccionismo que se propone, con la mezcla de
exposiciones que no tienen ni textos ni contextos reales, a partir del juego de
las luces y las sombras.
Miguel
Mastrapa es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y desde hace
varios años hace su vida personal y artística en Galicia, España, pero cada año
vuelve a su terruño natal con una nueva propuesta que siempre es bien acogida
por los espectadores de la provincia
de Las Tunas.
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